Juan López: ¡Aquí quedamos exigiendo justicia!

Maldito País

octubre 8, 2024

Mientras el actual modelo extractivo en Honduras -y por qué no, en toda la región centroamericana- no esté acompañado de una verdadera decisión política y planificación de la gestión estatal por la garantía de protección de vida de los defensores, defensoras y la naturaleza, seguiremos encontrando a cientos de Berta Cáceres y Juan López, en todos los países, clamando por justicia.

Para Juan López, líder social movido siempre por lo justo y la vida. Asesinado el 14 de septiembre del 2024. Quienes te conocimos, continuamos llorando por la rabia y ¡juramos vencer a esa minera! 

El sábado 14 de septiembre del 2024 en Honduras, nos conmovió el asesinato de Juan López, dirigente social y miembro de la iglesia católica en Tocoa, Colón. Como parte del Comité Municipal de Defensa de los Bienes Comunes y Públicos de Tocoa (CMDBCP), Juan denunciaba ya hace años la dinámica de extracción corrupta asociada a todo el enclave instalado por la Empresa Inversiones Los Pinares, vinculada a Grupo Emco Holding. 

Todo ese contexto de conflictividad territorial y las distintas formas de criminalización a los defensores y defensoras, tuvieron como resultado que la Corte Interamericana de Derechos Humanos otorgara medidas cautelares (137-23) a Juan López y otros/as integrantes del Comité Municipal de Defensa de los Bienes Comunes y Públicos de Tocoa. Este escrito pretende responder a la siguiente pregunta: ¿Qué está caracterizando la actual dinámica minera en Honduras, específicamente en el caso Guapinol y Sector San Pedro? 

Contexto del conflicto minero en Guapinol y Sector San Pedro

El conflicto de Guapinol y Sector San Pedro tiene su génesis en el Congreso Nacional Honduras, ente en el que se establecieron las condiciones para otorgar el derecho minero mediante la derogación del Decreto Legislativo 252-2013, que modificó la zona núcleo del Parque Nacional Montaña de Botaderos Carlos Escaleras. A través de ese Decreto se reducen 217.34 hectáreas de la zona núcleo, que coinciden con la solicitud de dos proyectos mineros no metálicos (ASP y ASP 1) en una zona de recarga hídrica para los departamentos de Olancho y Colón, Honduras.

Sin embargo, la preocupación comunitaria aumentó cuando se conocieron los componentes adicionales del proyecto. Inversiones Los Pinares es la empresa minera encargada de la extracción de hierro y trabaja en conjunto con Inversiones Ecotek, que posee la planta paletizadora mediante la cual, el óxido de hierro será convertido en “pellets” para poder exportarlo con un alto valor agregado. Los Pinares inició la Fase 1 de producción de hierro en bruto como materia prima y a finales de 2021 arrancará la Fase 2 para exportar hierro semiprocesado a Estados Unidos”.

Lo más reciente y que claramente expuso a los defensores y defensoras del territorio en este caso, es que el 9 de diciembre de 2023, la Municipalidad de Tocoa convocó a un cabildo abierto en el instituto Froylán Turcios, para discutir el proyecto de generación de energía de la Planta Ecotek. Sin embargo, en ese momento, el alcalde de Tocoa, Adán Fúnez, alegó riesgos de seguridad y anunció la suspensión del cabildo y se retiró rápidamente.

Posteriormente, en una Asamblea Popular, seis de los diez regidores del municipio (Juan López entre ellos), junto con las comunidades, rechazaron la instalación de una planta termoeléctrica. A pesar de esta oposición, el alcalde Adán Fúnez convocó a otro cabildo abierto para enero de 2024, pero las tomas de decisiones en ese cabildo se pusieron en suspenso por una orden judicial tras un recurso de amparo presentado por varias organizaciones territoriales. En junio de 2024, Fúnez intentó nuevamente convocar un cabildo para discutir las «zonas de influencia» del proyecto, lo que llevó a otro recurso de amparo, que fue admitido por la Corte Suprema, suspendiendo los efectos del cabildo hasta resolver la garantía de amparo.

El Comité ha acusado a la empresa Inversiones Los Pinares y sus socios, parte del Grupo EMCO, de diversos delitos ambientales y sociales. Entre las principales acusaciones destacan:

  1. Destrucción del Parque Nacional Montaña de Botaderos «Carlos Escaleras Mejía”: La empresa ha causado graves daños a los ecosistemas del parque mediante minería a cielo abierto, afectando las fuentes de agua y la biodiversidad local.  
  2. Explotación ilegal de recursos naturales: Ha operado ilegalmente, usando documentos falsificados para obtener licencias ambientales que le permitieron abrir minas, una planta paletizadora y una termoeléctrica.  
  3. Contaminación y daños a la comunidad: El megaproyecto ha generado contaminación acústica y vibraciones que han afectado a las viviendas locales, además de riesgos para la salud por el uso de coque de petróleo en la termoeléctrica.

Sobre las acciones territoriales. Entre el 2015 y el 2017 se conformó el Comité. Esta es una articulación que constituye una referencia importante como proceso de organización y acción social contra el despojo de los proyectos extractivos y de los bienes públicos. Algunos hitos relevantes de movilización ciudadana en el Caso de Guapinol y Sector San Pedro, son los siguientes:

  1. a) La toma de la Alcaldía municipal de Tocoa por parte de los pobladores. La acción de presión se realizó durante más de diez días por las comunidades, en junio de 2018, para solicitar la aprobación de un cabildo a la corporación municipal. El objetivo era participar en la aprobación o no del proyecto minero en el municipio; esta acción de presión pacífica se realizó luego de múltiples solicitudes del comité a la corporación municipal y no recibir respuesta.
  2. b) La instalación y desalojo del campamento Guapinol. El 1 de agosto de 2018, los residentes de Guapinol y otras comunidades de Tocoa opuestas a la operación de la empresa minera establecieron un campamento, ocupando el camino que conduce a la mina y bloqueando el tránsito de la maquinaria pesada de la empresa. Con el denominado Campamento Guapinol en Defensa del Agua y la Vida, el bloqueo se sostuvo por unas 140 personas locales, durante 88 días. Mientras el campamento estuvo en pie, los manifestantes se reunieron con una Comisión del gobierno para negociar algunos aspectos y demandas que jamás se cumplieron. El campamento fue atacado y desmantelado con violencia el 27 de octubre por unos 1 200 efectivos militares, luego de que un juez ordenó el desalojo de los manifestantes. Unas 500 personas se reunieron ese día para resistir a la embestida militar.
  3. c) La cumbre municipal por el agua y la vida fue una asamblea multitudinaria que reunió a más de tres mil personas que ejercieron su derecho a la participación, luego que se le denegó su solicitud a la realización del cabildo abierto para tomar decisiones sobre la gestión de sus bienes comunes. En esta cumbre (ACAFREMIN 2019) se exigió la inmediata cancelación de la licencia ambiental y permisos de operación de las concesiones ASP y ASP 2, otorgadas a Empresa Inversiones los Pinares.
  4. d) Proceso de persecución penal se generó con el levantamiento de órdenes de captura contra 31 ambientalistas y un juicio que se desarrolló en dos procesos judiciales: el primero contra el liderazgo territorial del Sector San Pedro y el Sector de Guapinol (terminó con el sobreseimiento definitivo de 13 líderes ambientalistas). 

El segundo caso, que involucró a 8 defensores y una detención arbitraria de 914 días (entre ellos Juan López), supuestamente había finalizado con un proceso penal anulado por la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Sin embargo, el 19 de septiembre de 2024, la Corte Segunda de Apelaciones del municipio de La Ceiba, en el departamento de Atlántida, decidió reabrir el proceso penal en contra de cinco defensores ambientales del Comité. La reapertura del caso en contra de Carlos Leonel George, Reynaldo Domínguez, José Adaly Cedillo, Marco Tulio Ramos y Juan López.

El caso Guapinol y Sector San Pedro en Tocoa, Colón, sin duda ha implicado una serie de acciones territoriales, denuncias ante la institucionalidad sobre relación de crimen organizado con actores empresariales, corrupción extractiva e impactos ambiental. La exposición de los defensores y defensoras ha implicado, tomando el asesinato de Juan López, definitivamente dar la vida en contra de un proyecto extractivo que no ha contado con el respaldo y participación ciudadana en forma, pero sí con la complicidad de algunos actores gubernamentales.

¿Qué está caracterizando la actual dinámica minera en Honduras?

Diferentes autores en Latinoamérica hacen referencia al avance de los extractivismo y la forma en que sus distintas estrategias expropiatorias se vinculan a la violencia territorial y ecológica, en el caso de Honduras, se manifiestan de la siguiente forma: 

  1. El reacomodamiento del capital. El extractivismo implica siempre mayor apropiación del territorio y las relaciones que involucra, incluso se menciona la reorganización del capitalismo, como ese “proyecto de gubernamentalidad neocolonial orientado a reorganizar la apropiación desigual de la Naturaleza y a reasegurar la sostenibilidad de la acumulación a escala global”. Por el tipo de megaproyecto minero que se pretende instalar en su totalidad en Tocoa, también se encuentran las dinámicas internacionales a las que responde, en este caso al sector de construcción y a una cadena de distribución que traspasa la dinámica nacional. Al final, es asegurarse en términos de acceso, control y disposición de aquellos entornos ecológicos para la reproducción del sistema.
  2. Nulas transformaciones al modelo extractivo. En Honduras, en términos de minería únicamente se ha emitido un comunicado institucional por parte de la Secretaría de Recursos Naturales (SERNA) en donde se indicaba la voluntad para detener la minería a cielo abierto. No se ha avanzado en verdaderas reformas al marco legal que ha habilitado históricamente la acción de extracción de minerales metálicos y no metálicos. 
  3. Institucionalidad débil. La institucionalidad encargada de regular la actividad minera y la vinculada a temas de ambiente, ha sido debilitada y cooptada por la empresa privada, por ejemplo, los diversos de casos de corrupción extractiva manifiesta. “La corrupción extractiva legitima la violación de derechos humanos en Honduras, ya que se instala sobre una cultura de opacidad, reforzada por la presencia de empresas que operan bajo flexibles marcos de control y sanción. Asimismo, en medio de incentivos, privilegios fiscales y una clase política que ha facilitado la forma de gobierno desde esquemas que continúan violentando y ampliando las brechas de desigualdad e impactos diferenciados de los extractivismos”.
  4. Crimen organizado y su relación con la acción extractiva. Algunos apuntes conceptuales parten de dos puntos clave: i) operación en las economías prohibidas o economías ilícitas (narcotráfico, extorsión, minería ilegal, tráfico de madera, entre otras) y el manejo de considerables volúmenes de negocio, operaciones que son gestionadas y administradas a través del uso de la violencia extrema para imponer sus condiciones, y, ii) el actor político y  parte de los complejos entramados de poder, influencia y articulación con instituciones estatales, partidos y líderes políticos, poderes fácticos y élites económicas
  5. La resistencia territorial como frente común. Los ejercicios realizados por el Comité y de los que Juan López fue parte, son una dinámica de resignificación territorial. Al final, se “integran visiones diferenciadas en la construcción de apuestas comunes: la de resistir a la imposición de raciocinios productivistas que modelan las lógicas territoriales, a la mercantilización de los recursos y los sujetos, a las transformaciones del lugar vital y al deterioro o debilitamiento de sus prácticas culturales, las que se nutren y emergen en conexión directa con el territorio”.

En esta compleja dinámica de apropiación territorial por intereses mineros sobre un espacio que ha pretendido configurar la discusión sobre lo que son “bienes comunes”. Esa diputa y tensión por las concepciones de desarrollo, implica siempre para los defensores y defensoras territoriales, una escalada de violencia inminente que inicia en estigmatización y termina en asesinato. En resumen, un modelo de acaparamiento que se fija en violencia, es quien acaba con la vida de los defensores y defensoras.

Mientras el actual modelo extractivo en Honduras -y por qué no, en toda la región centroamericana- no esté acompañado de una verdadera decisión política y planificación de la gestión estatal por la garantía de protección de vida de los defensores, defensoras y la naturaleza, seguiremos encontrando a cientos de Berta Cáceres y Juan López, en todos los países, clamando por justicia.