Abajo las fronteras, nadie es ilegal por Cindy Espina

El fin del TPS: cuando ya no existe la palabra “regresar” 

Maldito País

julio 14, 2025

El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha terminado con más de dos décadas de TPS para hondureños y nicaragüenses. Pero esta no es la primera vez que las personas con este permiso enfrentan a Trump y contrario a hace ocho años, actualmente están más organizadas y el volver a sus países no es una opción sin antes luchar por permanecer en Estados Unidos. Teófilo Martínez, de la National TPS Alliance, afirma que regresar ya no es una opción

Por 26 años, las personas nicaragüenses y hondureñas con Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) han vivido en un “limbo”. Cada 18 meses, desde enero de 1999, distintos presidentes de Estados Unidos (EE.UU.) ampliaron la vigencia de este permiso humanitario para residir con permisos de trabajo en Estados Unidos, pero el 5 de julio de 2025 esto ya no sucedió, ya que el presidente, Donald Trump, finalizó el TPS para alrededor de 80 mil centroamericanos que han construído una vida, una familia, una comunidad en EE.UU.

El TPS es un permiso de residencia y trabajo que el Gobierno de Estados Unidos otorga a personas de paises con conflictos armados y desastres causados por eventos climáticos o naturales. Es por esta razón que  personas de Honduras y Nicaragua tenían TPS, ya que en octubre de 1998 el Huracán Mitch inundó y ocasionó destrozos, principalmente en estos dos países, lo cual puso en peligro la vida de cientos de miles de personas y agravó las condiciones de vida de las personas. 

Teófilo Martínez, hondureño de 57 años e integrante de la National TPS Alliance, una organización que reúne a cientos de personas de los 17 países que hasta el 2025 tenían TPS, cuenta que la palabra “regreso” no es parte del vocabulario de los “TPSianos”, como él llama a las personas que cuentan con este permiso. 

Toda una vida en Estados Unidos

Para Teófilo volver a Honduras es impensable, porque debido a su edad considera que nadie lo contrataría, además, no cree que Honduras sea el mejor país para invertir en un negocio por la inseguridad que afecta al país centroamericano. Pero más allá de lo económico, él considera que el verdadero valor de su decisión de no regresar se encuentra en su familia, en sus amigos y comunidad. Tiene 27 años de vivir en Estados Unidos, tiene una familia, una carrera profesional y un negocio de bienes raíces que pudo construir gracias al TPS y desde su hogar en Georgia, Atlanta. Es por esto que el activista y empresario asegura que no va a renunciar a esa vida que le ha costado mucho construir. 

“Nosotros pagamos impuestos, pagamos una pensión de retiro y cada vez que hemos renovado el TPS pagamos por ese permiso, además nos sometemos a una evaluación en la que verifican si hemos o no cometido un acto delictivo para darnos de nuevo el permiso… nos merecemos ser residentes permanentes de este país”, explica Teófilo desde su pequeña oficina en Georgia, en la cual ha puesto una manta en la que se lee: National TPS Alliance y desde ahí atiende las reuniones y emite su programa de Youtube llamado: Lucha TPSiana. 

Martínez es parte de las personas que interpusieron una demanda en contra de la reciente decisión del mandatario estadounidense, pero esta defensa y lucha de los “TPSianos” ha sido una constante en su organización. Se han manifestado en varias ocasiones en Washington DC para pedir que se les otorgue la residencia permanente y esta sería la segunda vez que se enfrentan a Trump en las cortes estadounidenses para defender su derechos a quedarse en Estados Unidos.

“Ya lo defendimos (TPS) en el primer periodo (de Trump), lo vamos a defender ahora”, añade Teófilo y asegura que con estas acciones legales ganan tiempo, porque de lo contrario solo tendrán 60 días para arreglar todo y salir de Estados Unidos. “Pero nadie tiene derecho a romper familias”, dice, y por eso su organización sigue en resistencia.  


National TPS Alliance fue fundada en 2017, después de que Trump anunciara y ejecutara la orden de finalizar el TPS para personas de Nicaragua, Honduras, El Salvador y otros países. En esa ocasión la decisión del mandatario estadounidense enfrentó numerosas demandas legales, incluyendo la de integrantes de la National TPS Alliance. Esa vez las distintas organizaciones le ganaron a Donald Trump, pero actualmente el gobierno estadounidense ha seguido otras estrategias en las que cuidan más los tiempos establecidos para finalizar este tipo de protección, ya que en el pasado esto ha sido la razón por la que los jueces han resuelto en su contra. En lo que va del año, el mandatario de EE.UU. también ha retirado el TPS a personas haitianas, afganas, venezolanas y cameruneses. En el caso de Haití y Venezuela, aún siguen vigentes hasta septiembre debido a  las acciones interpuestas por National TPS Alliance.

El difícil camino a la residencia permanente

“Mucha gente dice: veinte y tantos años allá y no poder arreglar papeles”, pero es que uno en Estados Unidos no dice: ‘no quiero arreglar papeles’”, son las leyes -que son bien estrictas- las que no lo permiten”, dice Teófilo para explicar el por qué de su lucha y preocupación, porque una vez termine la vigencia de su TPS, él no podrá renovarlo y lo necesita porque a través de este documento tiene licencia de conducir, documentos importantes para su negocio y la garantía de continuar con su vida en Estados Unidos, sin tener el miedo de poder ser deportado a Honduras. 

La internacionalista y especialista en migración, Lady Junek Varga, cuya tesis doctoral en la UNAM se enfoca en políticas de gestión y regulación de población migrante, explica que los TPS son estrategias de administración migratoria provisional y que las personas viven en una constante incertidumbre, porque es un permiso que se puede revocar por decreto. “Al final, es una forma de regular la estancia en Estados Unidos y dar permisos de trabajo sin ningún derecho a una ciudadanía o estatus permanente», añade Lady Junek.

Según la especialista en migración, algunas personas nicaragüenses y hondureñas con TPS aún tienen vigente su permiso, pese al anuncio de Trump, porque quizá la fecha de caducidad del documento es en los próximos meses, el problema es que no podrán renovarlo y eso los pone en peligro de deportación.  

Teófilo Martínez indicó que no tienen ningún reporte de que una persona de Honduras y Nicaragua con TPS haya sido detenida para su deportación, sin embargo la red de la  National TPS Alliance está consciente que esto puede ser una posibilidad y se encuentra pendiente para activar cualquier apoyo a las personas que lo requieran. 

 La historia de Teófilo es solo una de 80 mil historias de hondureños y nicaragüenses que el 8 de septiembre próximo no podrían renovar el TPS después de más de dos décadas de vivir en Estados Unidos sin poder acceder a una residencia permanente y con la amenaza a ser deportados en contra de su voluntad o ser sometidos al sistema de detención carcelaria que el gobierno estadounidense implementa en contra de la población inmigrante latina.