Discutimos las dinámicas políticas de las élites centroamericanas durante la independencia. Si bien se dieron antecedentes de subversión y crisis con el poder colonial, la firma del oficio de independencia se dio como negociación/pacto entre los funcionarios políticos alineados a la corona española, de esta manera se marcó una forma particular de hacer política en la región.
Marta Elena Casaus
Doctora en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Sus principales líneas de investigación son el estudio de las redes familiares y élites de poder en Centroamérica, estudios sobre el racismo y élites.
Eimeel Castillo
Candidata al doctorado en historia y estudios de la mujer por la Universidad de Michigan. Estudia temas relacionados a la historia del siglo XX en Centroamérica y el proceso de ocupación norteamericana en Nicaragua y América Latina.
I
Fernanda Zeledón: ¿De qué hablamos cuando hablamos de élites? ¿Qué significa y cuál sería para ustedes una definición básica de esta categoría?
Marta Elena Casaus: Yo voy a tratar de hacer un análisis muy breve, a mí me gusta distinguir entre categorías, conceptos y términos. Una categoría es algo más omnicomprensivo que permite explicar una totalidad de fenómenos y de realidades de alguna manera universal. O sea la categoría de clase social sea desde el punto de vista marxista, de Mosca, de Weber, tiene el elemento económico, pero también tiene el elemento político y afecta también a la estructura de poder en su concepto de clase dominante o clase fundamental. Sin embargo, yo creo que el concepto de élite es más un concepto que una categoría, entonces desde esa perspectiva la élite de poder siempre estuvo muy vinculada a una concepción positivista, no marxista como fue Pareto, Mosca, no con la élite de poder, pero posteriormente yo creo que eso es lo interesante en estos momentos. Otros autores también marxistas -el puente está en Weber- hicieron una articulación entre clase y élite de poder.
Los aspectos de estructura social, de estructura de poder, de estructura mediática, de clases militares o de élites militares nos permiten bajar un poquito más a un concepto. La élite de poder es aquel grupo económico, político, mediático, militar, que es capaz de controlar una cantidad desproporcionada de poder económico, de poder político, de poder social y de poder mediático. Tal vez esa articulación sea la que dice tan fantásticamente Wright Mills, pero incluso la élite de poder es complicada a la hora de analizar sociedades en donde están ancladas en una estructura de poder que todavía tiene un nivel más bajo de análisis, que es la red familiar. Porque nuestras sociedades centroamericanas siempre estuvieron articuladas en torno a las redes familiares como estructuras de poder de larga duración sin que estas redes familiares estuvieran al margen de la clase dominante o del concepto de oligarquía, o del concepto de núcleo oligárquico, que es como a mí me gusta llamarlas, que nos permitió el análisis de redes familiares, que es más un término o es un elemento heurístico o metodológico.
Eimeel Castillo: Esa genealogía y esa trayectoria de las élites en Centroamérica datan de un proceso de acumulación de capital que inicia con el establecimiento de las enmiendas en el siglo XVI, entonces ese acceso privilegiado primero a la tierra y a la explotación laboral permite establecer el fundamento para que las élites sobrevivan, y sean las que representan a esos emergentes Estados nacionales. La participación en la constitución de estos Estados nacionales tiene que ver con todo ese arreglo y esa idea de la organización social basada en casa y la restricciones que existían, por ejemplo a empleados públicos, a ser partes de la estructura que se crea ya luego después en el siglo XIX, que tiene un fundamento en la Colonia, entonces eso se va a asentar, pero la élites son las que van a contribuir y a producir ese discurso nacional, que le va a dar identidades a las celebraciones que hasta el día de hoy tenemos. Una cosa que yo quería remarcar, esa interdependencia y esa articulación entre ese acceso y ese privilegio. Los recursos económicos y la influencia política que tienen, estos grupos de poder regional que les permiten tener esa capacidad de beneficiarse.
II
Fernanda Zeledón: La siguiente pregunta va dirigida a la doctora Marta Elena. ¿Por medio de qué artificio la élite centroamericana desplegó este proyecto de eugenesia y blanqueamiento social?
Marta Elena Casaus: Yo creo que tenemos que plantear en términos de Fanon o en términos de Quijano lo que produce ese factor socioracial, no podemos hablar de racismo evidentemente el siglo XVI, pero que lo que justifica la importancia del factor socioracial en toda América Latina -pero especialmente en América Central- es el elemento de la segregación entre indios y españoles, o entre criollos e indios, o entre africanos y afrodescendientes o negros. Desde esa perspectiva el factor racial ya va a ser un elemento determinante desde la Colonia, en donde se van a dar Repúblicas de indios, Repúblicas de españoles y en donde va a haber una jerarquía. Una sociedad de castas enormemente endogámica y jerarquizada, en donde el vértice lo van a tener los criollos o los españoles peninsulares. Y en la base van a estar los indígenas y los afrodescendientes, de manera que el color de la piel va a ser un factor determinante a la hora de establecer la estructura social colonial.
Fernanda Zeledón: Eimeel, ¿te parece que existió digamos una continuidad de estas dinámicas familiares caudillistas, clientelistas, entre los procesos del siglo XIX?
Eimeel Castillo: Yo me voy a referir específicamente al caso de Nicaragua que es el caso que más me atañe. En principio hay que decir que evidentemente sí, porque son las mismas redes familiares, son estas familias de corte patriarcal que no por nada se habla en la historiografía de una restauración conservadora y siempre esta hace referencia a esa segunda mitad del siglo XIX . Cuando grupos específicos de poder controlaban todo el aparataje, el limitado aparataje estatal en ese momento, y considerando este paréntesis de 17 años que constituyó la dictadura liberal de José Santos Zelaya. Una característica de continuidad: definitivamente la permanencia de esa autoridad masculina que responde a una misma visión patriarcal de la sociedad. Vamos a observar un sentido de predestinación de que estos caudillos se van a presentar a sí mismos y creerse esa idea de que son llamados para liderar la sociedad. Entonces vamos en este momento a pensar en nociones de honor, que son nociones de honor masculino, que se traducen en un honor de la familia, el otro elemento que se observa es el empleo de pactos, especialmente hablando en este inicio del siglo XX. Sobre todo pactos intrapartidarios, porque el partido conservador es básicamente el único que participa en el juego electoral o el que tiene la supremacía y las características de estas políticas fraccionarias.
III
Fernanda Zeledón: ¿Existe para ustedes una relación entre la configuración de esta forma particular de poder político con los nuevos modelos autoritarios?
Marta Elena Casaus: El caudillo es una figura que, en términos de Weber, tiene una legitimidad basada en su poder patriarcal. En su capacidad carismática, o sea, un caudillo tiene que ser carismático, si no es carismático no llega a mantenerse en el poder, en ese sentido tiene que poder ser carismático, algo que le viene dado por su personalidad, pero también por su ascendencia, porque pertenece a esas redes familiares. Sin embargo, hubieron caudillos en el siglo XIX, entre ellos Rafael Carrera, que no pertenecían a esas redes familiares, pero sí fueron utilizadas por parte de esos grupos sociales, de manera que cuando un caudillo aparece y no es miembro de ese núcleo, de esa élite de poder, o no pertenece a esas redes familiares, generalmente está siendo manipulado por esa red.
El problema no radica ahí, radica en que en la medida que a lo largo del siglo XIX se construyó un Estado racista, patriarcal y excluyente, ese concepto de autoritarismo estuvo vigente con todos los caudillos vivieron en América Central y a lo largo del siglo XX con todas las dictaduras. Recuerden que en momentos determinados donde en otros países se estaban dando revoluciones como México o populismos como en Argentina o en Brasil, en América Central en lugar de producirse esa ampliación hacia la participación del pueblo y la inclusión de otros actores sociales, lo que se produjo fue una oligarquización. Cuando se dieron todos los populismos en América Latina en Centroamérica fueron las dictaduras, en Guatemala, en Honduras, en Nicaragua, en El Salvador, entonces nos damos cuenta que lo que se produce es lo contrario del resto del mundo o el resto de América Latina. Eso es lo que genera un Estado autoritario, patriarcal, excluyente, basado profundamente en redes familiares de poder y en un profundo racismo histórico estructural.
Eimeel Castillo: El caudillo sobrevive al siglo XX más bien como esa idea, ese modelo de poder masculino autoritario. Hay una tipología, puede ser el héroe militar, puede ser esa figura centralizada, benevolente, que también es fuerte y que tiene unas connotaciones de un tipo de masculinidad viril. Puede tener otras características, es ese modelo que tiene nuevos rostros y que se acomoda a ese Estado que se expande y que toma control de Ejércitos, que ahora van a ser profesionales, van a otra lógica, no van a sobrevivir ese paso del siglo XIX al siglo XX porque el mundo rural cambia y entonces eso es lo que continúa, pero es un punto de inflexión importante el que hay que hay que distinguir y que los dictadores van a tener pues otras herramientas. Van a necesitar otro tipo de alianzas que en el siglo XIX pues el caudillo tradicional decimonónico que nosotros conocemos, eh? No va, no, no pudo haber tenido en ese momento.