Entrevista a Irving Larios: ‘Estamos ante una nueva oportunidad de acabar con un ciclo de injusticia’
Maldito País
mayo 4, 2023
Hablamos con Irving Larios, dirigente de la sociedad civil y luchador por la democracia en Nicaragua. Nos cuenta sobre sus inicios como líder estudiantil, también sobre las 3 veces que ha sido preso político: primero en la dictadura de Somoza, luego en los 80 por cuestionar la conducción revolucionaria y finalmente con Daniel Ortega. En el contexto de las elecciones fue detenido con mucha violencia y permaneció en la cárcel hasta que fue desterrado y despojado de su nacionalidad, expulsado del país en un vuelo donde se encontraban +200 prisioneros políticos considerados por el régimen como “traidores” y “apátridas”
HoraCero: ¿En qué contexto se da tu detención? Porque estaban encarcelando a todos los precandidatos políticos, pero vos sos uno de los líderes de las organizaciones de la sociedad civil. Entonces, ¿qué significaba Irving Larios para este momento de represión?
Irving Larios: Efectivamente los visibles eran los políticos, pero la decisión de romper, de destruir el tejido social, estaba tomada. Un mes antes de mi captura ya le habían suspendido la personería jurídica a una buena parte de oenegés. Fue una oleada que vino al comienzo del año y a nosotros nos llegó en agosto, fue suspendida la personería jurídica de la ONG de la que yo era presidente y además con un decreto confiscatorio, que fue de las primeras complicaciones que se dieron para las ONG de forma directa.
En el caso de nosotros fue por un decreto de la Asamblea. Las propiedades que habían sido suspendidas pasaban a ser confiscadas, entonces y ahí se desató de forma más intensa el cierre de las ONG porque efectivamente estaban jugando el papel de construir un movimiento social y el régimen le tiene mucho temor al movimiento social, a las luchas campesinas, a las acciones de los jóvenes -en silencio algunas- de los años previos al 2018. Ellos tenían bien cuadriculado el territorio y lo que querían era dar golpes a las ONG. Sabían que yo era muy activo en ese tema, entonces me detuvieron para mandar mensajes, para que la gente se inhibiera o salieran del país.
HoraCero: Sabemos por algunos testimonios que fue un operativo muy violento. ¿Estabas preparado o esperabas que llegara ese momento?
Irving Larios: Yo sí estaba preparado, no es desde el 2021 sino desde antes porque a mí con frecuencia me amenazaban de muerte. Me pasaron información de que en dos ocasiones habían dicho que tenían fechas exactas de mi detención antes de las elecciones, eran precisos en eso, entonces yo tomé la decisión de cuidarme más, y decidí abandonar la casa, llegaba a la casa muy escasamente. Me descuidé en una medida de seguridad y los sapos me vieron, y soltaron información, pero yo tenía seis meses de andar casi clandestino.
Yo tengo problemas de claustrofobia, porque cuando caí preso en la época de Somoza me quedé con ese mal de la claustrofobia, se me hace difícil estar encerrado y por eso sufrí mucho en la cárcel, esa parte sí fue muy dolorosa. Mi casa no tiene muros, tiene unos muros imaginarios de plantas, entonces los muros son bajos, y las alturas son cubiertas por vegetación, por árboles. Yo miraba cómo se tiraban sobre los árboles como que eran rambos. Después cuando vi que se tiraban por el techo, por todos lados y apuntándome a la cabeza cuando entraron, pregunté qué les pasaba, que estaban locos. Me tiraron contra un comedor, después me pusieron hacia atrás las esposas y entró un comisionado ya cuando estaba controlado.
Lo que me dijo fue que yo era un tipo demasiado peligroso porque había sido guerrillero y que por esa razón habían tomado la medida de entrar con todas las fuerzas para que no pudiera reaccionar, pero fue violento, muy violento. Pareciera que le tenían tanto miedo también sobre todo a la disidencia, verdad, a las personas que estuvieron involucradas en el proceso revolucionario.
HoraCero: Mencionaste los traumas que te habían quedado desde tu detención con la dictadura de Somoza, ¿en qué se diferencia con Ortega?
Irving Larios: Bueno, fueron circunstancias muy distintas. Aquí el aislamiento fue muy diferente, yo cuando caí preso en la dictadura de Somoza estaba en una celda donde habían varios presos políticos, era un buen número, y estaba junto a una celda de mujeres que nos comunicabamos por un hoyito, entonces pues fue muy diferente, además era un líder estudiantil en ese momento y había una marcha por mí en la calle, Mariano Fiallos se presentó inmediatamente y gestionó mi libertad, pero me torturaron en dos entrevistas físicamente, con una varilla de hierro, me dieron en la chimpinilla… pero no fueron tan hostiles como en los interrogatorios de El Chipote.
El primero a las 2 de la tarde, eran las 3 de la mañana y seguían interrogandome sobre lo mismo, nada nuevo: ¿Quién te paga? ¿Por qué traicionaba al comandante? Yo tuve una crisis de hipertensión muy fuerte, se me disparó altísima la presión, yo lo que les reclamaba era que no me estaban tratando bien y eso me causaba más presión, pero no pararon.
HoraCero: Vos estuviste involucrado en la lucha contra Somoza y también durante los años 80, últimamente se ha estado hablando de una Comisión de la Verdad que abarque todos los crímenes lesa humanidad desde los 80 hasta hoy. ¿Por qué no se hizo en su momento y hasta el 2023 se habla de eso en Nicaragua?
Irving Larios: Porque había un acuerdo, Humberto Ortega y Daniel Ortega hicieron un pacto con Toño Lacayo, un amarre. Aquí se acusa de que la piñata fue la distribución de tierras a los campesinos, de viviendas, sí, esa es una piñata y fue grande, pero es más grande las 280 empresas que Toño Lacayo repartió junto con Humberto. Esos son millones de millones y es más grande todavía la piñata que hicieron con los bonos de indemnización, que hasta los Pellas se vieron beneficiados con un montón de millones por indemnización, entonces ahí lo que ha habido no es una piñata, sino un carnaval de piñatas y ese carnaval es lo que tiene al país en semejante pobreza, todo el saqueo que le han hecho.
Recordemos que el pleito se centró en el tema del Ejército y la Policía, también porque la Contra no derrotó al Ejército ni a la revolución militarmente, la derrota que hubo fue política, el pueblo derrotó en las urnas a la revolución, ese es el resultado de una mala gestión en los 80. Eso fue lo que gestionaron los 9 comandantes, esa es la realidad que vivimos, entonces en la negociación después de la derrota electoral los mejores beneficiados fueron de nuevo los líderes políticos, sobre todo los Ortega, por eso no hubo ningún juicio.
Yo sí creo que se tienen que revisar los crímenes de lesa humanidad, pero que revisemos toda la Historia, hasta de los Chamorros, todo. Tal vez no hasta llegar a los 200 años, pues pero si llegar por lo menos hasta Somoza y que los somocistas más destacados que han cometido criminales -todavía hay algunos aquí en Miami- paguen.
HoraCero: ¿Cuál es la relación entre la falta de acceso a la justicia por los crímenes de la guerra civil en Nicaragua y los problemas que tenemos al día de hoy?
Irving Larios: Yo creo que estamos ante una nueva oportunidad de acabar con un ciclo de de injusticia y repetición de las acciones criminales de esos grupos que controlan el poder de forma absoluta para ejercer su dominio, inclusive matando gente, matando ciudadanos, entonces yo creo que sí que hay que hacer un alto, que hay que revisar y enjuiciar a todos los que han cometido crímenes. No hay duda de que hay que hacerlo y además no solamente porque nosotros estamos convencidos, sino porque ahora la comunidad internacional lo está certificando: hay evidencias de que se cometieron crímenes de lesa humanidad y eso es condenado por todo el mundo.
HoraCero: ¿Qué acciones hay que tomar para garantizar que no se vuelvan a repetir los crímenes de lesa humanidad? ¿Una vez que se logre salir de todo esto qué sería para vos lo fundamental?
Irving Larios: Primero tenemos que salir de la dictadura y para salir de la dictadura tenemos que hacerlo primero bajo la unificación de las fuerzas democráticas progresistas populares, eso implica la organización territorial internamente, pero para eso lo que tenemos que hacer es juntarnos alrededor de una propuesta de un programa, ¿qué le ofrecemos a la ciudadanía una vez para que salga la dictadura? Eso es básico, si no tenemos una propuesta programática por qué va a cambiar la gente a Daniel Ortega por la oposición, si la oposición no le ofrece nada.
Si la oposición no le ofrece cómo mejorar el tema del empleo, el tema del salario, el tema del seguro, el tema del bono demográfico, el tema de la frontera agrícola, el tema del hambre, la estabilidad política, la injusticia… tantos temas pendientes que tenemos y sobre los cuales hay que hacerle una propuesta a la ciudadanía.
HoraCero: ¿Qué debería pasar con el Frente Sandinista como partido político? ¿Podríamos hablar de una proscripción?
Irving Larios: Yo creo que una vez que caiga la dictadura y se instale un gobierno de transición tiene que llamar a una Asamblea Constituyente en no más de dos años. Esa Constituyente es la que tiene que poner el pomo sobre la tapa y tiene que sellar ese secuestro, ese hurto, ese robo que hizo el FSLN de lo que pudo haber sido un proyecto viable de justicia social, ahí fallamos, yo digo fallamos, porque cuando fue la revolución tenía 21 años. Fallamos porque yo fui prisionero también en los 80, estuve 3 meses detenido por cuestionar la forma en que se conducía la revolución. Caí preso por eso, por cuestionar, porque yo observé que había una guerra civil y lo dije, me costó prisión, pero bueno, yo creo que la Constituyente debería sellar esa parte, una Constituyente que no permita que vuelva ese pasado.
Debería haber una historia oficial del Estado como tienen todos los Estados democráticos del mundo, entonces una Constituyente que no permita que vuelvan a surgir situaciones como estas, pues tipo oportunistas que usando el nombre de héroes verdad se aprovechan de esa circunstancias para apropiarse y usarlo para beneficio propio.
Ahora, ¿el Frente Sandinista tiene que ser proscrito? Es que ya está proscrito. Yo creo que no lo quiere nadie, así que ya lo enterraron los Ortega.