México ocupa el segundo lugar en el mundo con más desapariciones forzadas, según el Comité contra la Desaparición Forzada (CED por sus siglas en inglés) y el Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias son más de 100.000 personas no localizadas. Es importante aclarar que esta cifra es general para nacionales y extranjeros que han desaparecido en algún punto del territorio mexicano. Lo preocupante del tema es que estos números se dan bajo un contexto de impunidad y de poco esclarecimiento de la verdad. Estas cifras se registran desde 1967, el 97% de las desapariciones se dieron en 2006, cuando el expresidente Felipe Calderón declaró una embestida militar en contra del narcotráfico y el crimen organizado, que posteriormente desencadenó más crímenes y desapariciones forzadas como respuesta de estos grupos.
Se reconoce que desde 1965 a 1990, durante la llamada “guerra sucia”, las desapariciones respondían a un contexto político de persecución. En cambio, después de 2006 se llevaron a cabo en el contexto de la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado. A esto se le debe sumar el contexto de crisis migratoria que se vive en la región desde inicios del siglo, y el mayor involucramiento de estos grupos armados al margen de la ley, para traficar y desaparecer personas migrantes que transitan por México.
En este contexto preocupan las desapariciones forzadas de migrantes en territorio mexicano, por eso en este texto intentaré responder algunas interrogantes de familias que buscan a personas que han desaparecido. Ojalá no fuese tan necesario tener que recurrir a esta explicación, pero ante un contexto de impunidad y de violencia hacia quienes utilizan esta ruta migratoria, se hace oportuno y útil para quienes buscan a un ser querido.
¿Dónde buscar a una persona migrante desaparecida o no localizada en México?
Vale mencionar que cuando un migrante desaparece no es claro el camino para la búsqueda, pero según la experiencia de organismos de sociedad civil que acompañan esta lucha, se debe iniciar con las últimas pistas que se tiene sobre el familiar desaparecido, sobre todo, si se sabe el nombre de la ciudad donde se encontraba, el contexto y la fecha de la desaparición.
Uno de los primeros pasos que se recomienda es poner un reporte de desaparición ante la Comisión Nacional de Búsqueda, vía llamada telefónica o vía registro en su página web, si se tiene indicios del nombre del Estado o ciudad donde la persona se encontraba el reporte se debe interponer ante la Comisión Estatal del Estado correspondiente. Cuando no se tiene certeza del punto de desaparición el reporte se dirige a la Comisión Nacional. El directorio de contactos se aloja en la página web de esta entidad, y entre mayor sea la cantidad de información y características que se proporcionen, más efectivo es el mecanismo.
Las competencias de estas entidades son ubicar a personas que se encuentran desaparecidas o no localizadas, y su principal obligación es llevar a cabo y coordinar, junto con las diversas autoridades federales y estatales, acciones de búsqueda (de todo tipo) con la finalidad de dar con la suerte o el paradero de las personas desaparecidas, cabe señalar que la Comisión a cargo de la búsqueda no puede cerrar un caso hasta no dar con la persona y avisar a sus familiares.
En este camino de la búsqueda para migrantes que han dejado de comunicarse con sus familiares no hay una sola respuesta. En algunas ocasiones las personas son detenidas por autoridades migratorias en México y puestas en estaciones migratorias, pese a que transitar “sin documentos” es una falta administrativa, mas no es considerado un delito. Las críticas hacia el sistema de detención son muchas, incluyendo las condiciones inhumanas de los centros, las violaciones a los procedimientos y el mal trato hacia las personas migrantes.
Si la persona es puesta en una estación migratoria la forma de que el familiar se entere es mediante el derecho a una llamada (cuando se le otorga), que la familia solicite apoyo ante autoridades consulares de su país y estas ubiquen en su registro enviado por el Instituto Nacional de Migración Mexicana la estación donde la persona se encuentra, y la otra forma es que la Comisión de Búsqueda obtenga más rápida la información y de con el paradero de la estación donde se ubica la persona reportada.
Para evitar la deportación al país de origen o la prolongación de la detención se puede recurrir a instancias legales de acompañamiento con asesores jurídicos de la fiscalía del Estado donde se encuentra la persona migrante, para acceder a un servicio gratuito y especializado en temas de migración, o bien se puede realizar mediante acompañamiento privado que la familia pueda conseguir.
De las muertes en el tránsito y los secuestros
Aquí es compleja la respuesta, los riesgos de muerte por deshidratación o ahogamientos son cada vez más recurrentes en zonas desérticas entre México y Estados Unidos o cuando atraviesan ríos como el temido Río Bravo. Esta situación preocupa a las autoridades de ambos países por la cantidad de cuerpos encontrados sin vida.
En este sentido las instancias que deben colaborar con la búsqueda y reconocimiento de cuerpos son los grupos de rescate como los grupos Beta, considerados grupos de protección a migrantes, que tienen como objetivo proporcionar ayuda humanitaria, primeros auxilios, asistencia migratoria, orientación e información a los migrantes sobre sus derechos. Para el cumplimiento de su objetivo, estos grupos se ubican en zonas del territorio nacional donde estratégicamente puedan desarrollar sus funciones.
La otras vías son a través de las Comisiones de Búsqueda, autoridades consulares que tienen la competencia legal de pedir información de sus nacionales brindando la asistencia que la familia requiera, y las organizaciones de sociedad civil que en buena medida su labor es humanitaria y de apoyo a las familias. Cuando la desaparición se da bajo un cotexto de secuestro para trata de personas o extorsión con la solcitud de sumas elevadas de dinero, lo ideal es interponer denuncias ante fiscalias competentes en México, aunque muchas veces las familias desconfian de los mismos mecanismos, son estas las vías correspondientes que pueden acercar el camino del rescate y en menor medida tener mucho cuidado con las negociaciones y falsas extorsiones cuando los casos se viralizan.
Hasta encontrarles, es un camino doloroso para las familias de personas migrantes que van en búsqueda de mejores oportunidades y protección que el país de origen no les brindó, y preocupa mucho más por el aumento de los flujos migratorios que eleva a su vez las desapariciones por cualquiera de estas y otras razones. En este sentido el rol de la familia y de los Estados en cuestión debe ser de actuación y de beligerancia para contrarrestar esto que nunca debería suceder: la preocupación por dar con la suerte de un familiar desaparecido.