De Rodrigo Chaves a Fabricio Alvarado: la violencia sexual como telón de fondo electoral en Costa Rica

Maldito País

noviembre 12, 2025

El actual presidente, Rodrigo Chaves, fue el primer candidato en ser señalado por violencia sexual, situación que estuvo medianamente presente en la campaña electoral (2021-2022). El día de hoy es Fabricio Alvarado, diputado y candidato a presidente por Nueva República, quien fue denunciado por abuso sexual por dos mujeres diferentes.

Una vez más en la fallida suiza centroamericana un candidato presidencial es denunciado por violencia sexual. Esta expresión  extrema de la misoginia no evita la construcción de una vida político electoral, tampoco niega el acceso a la presidencia. Estas situaciones dan a entender que este tipo de violencia no es relevante en las discusiones sobre el futuro del país. Todo ello en un ambiente electoral cargado de hostilidad, señalamientos, delirios de persecución política y ataques al poder judicial. Nuevamente, el desenlace político es incierto en Costa Rica. 

El actual presidente, Rodrigo Chaves, fue el primer candidato en ser señalado por violencia sexual, situación que estuvo medianamente presente en la campaña electoral (2021-2022). Chaves fue denunciado por dos de sus subalternas cuando él fungía como director de país de la oficina del Banco Mundial (BM) en Indonesia entre 2009 y 2013. En una primera instancia sus conductas fueron calificadas como “inapropiadas”, por lo que sufrió consecuencias graves pero no fue despedido. Ante ello, las denunciantes interpusieron una demanda contra el BM, lo que resultó en que la propia oficina de Recursos Humanos determinara que el comportamiento de Chaves sí correspondía a hostigamiento sexual y que se había incurrido en un error al no caracterizarlo como tal.  Pese a los numerosos pronunciamientos de organizaciones de mujeres, feministas y otros sectores, Rodrigo Chaves resultó vencedor en la segunda ronda en abril del 2022. Desde la presidencia ha arremetido contra los derechos de mujeres, de la comunidad LGTBQ+ y profundizado las condiciones neoliberales que precarizan la vida cotidiana: desde lo discursivo hasta lo material como la nueva norma para el Aborto Terapeútico, un acuerdo central en la estrategia de Chaves para recibir el apoyo de la bancada de Nueva República, proteger su fuero y no ser investigado judicialmente. 

El día de hoy es Fabricio Alvarado, diputado y candidato a presidente por Nueva República, quien fue denunciado por abuso sexual por dos mujeres diferentes. Una de ellas, Alicia, denuncia hechos que sucedieron cuando ella tenía 13 años y él 32 años. Alvarado era muy cercano a su entorno familiar, pues en ese momento se desempeñaba como cantante y salmista en la iglesia evangélica de la madre de la víctima. Ambas características, de acuerdo a la investigadora y activista Peggy Chamorro (investigadora en espiritualidades y género), le dan mucho poder en los espacios religiosos; particularmente frente a personas menores de edad. Durante una entrevista en Amelia Rueda, Alicia comentó sentirse confundida, asustada y con vergüenza por la forma en la que Alvarado la besaba y la forzaba a tocarlo en su casa, a la que accedía con facilidad. Alvarado decía que era una especie de hermano mayor que cuidaba de ella y su hermana, a la vez le ordenaba realizar acciones para que se encontraran a solas y ella seguía sus órdenes. Esto se debe, según Chamorro, en gran parte a que las iglesias neopentecostales -y algunas otras evangélicas- enseñan que la obediencia y la sumisión son valores deseables en las personas. Se trata de una práctica comúnmente aceptada dentro de esos círculos religiosos, en los que hombres mayores con frecuencia ejercen su poder sobre menores de edad. El caso de Fabricio es un ejemplo más. 

Fabricio Alvarado irrumpe en la vida pública al ser presentador de noticias en Repretel, por lo que su imagen era recurrente en la televisión. Paralelamente, participaba en iglesias evangélicas desde un lugar también visible; ahí encontraría a uno de sus principales caudales electorales. Posteriormente, sería candidato presidencial en 2018 por el Partido Restauración Nacional (PRN) con una propuesta basada en la exaltación a la familia tradicional, una agenda antiderechos de las mujeres y la comunidad LGTBQ+, además de un neoliberalismo recargado. Todo muy característico del neopentecostalismo, según afirma la investigadora Peggy Chamorro. Este discurso  logró sumar al hartazgo hacia los partidos tradicionales (Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana) así como a la imperiosa necesidad de «algo diferente». 

Chamorro indica que fue la coyuntura sobre la opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) 1 lo que posicionó la candidatura presidencial de Fabricio.  Al punto de ganar la primera ronda electoral en febrero de 2018 con un 24,91%, sin acceder al Ejecutivo por no alcanzar el 40% mínimo. Así, la polarización marcó al electorado costarricense que se decantó por Carlos Alvarado del Partido Acción Ciudadana (PAC). Desde entonces, Fabricio Alvarado es una figura central en el sector neopentecostal, dirige Nueva República 2 y ha ocupado un curul en la Asamblea Legislativa en dos períodos. La candidatura actual es la tercera en su carrera. 

Nuevamente Costa Rica tiene dentro de sus opciones como candidatos a la presidencia a una persona denunciada por abuso sexual. Las reacciones han sido diversas. Primero, la propia denunciante dijo sentirse motivada por la primera mujer que denunció a Alvarado en diciembre de 2024. También, Alicia dio a conocer su identidad en redes sociales en respuesta a quienes la critican y también gracias al acuerpamiento que ha sentido.  Su denuncia es una prueba de que “cada vez más las mujeres se atreven a denunciar y reciben mucho acuerpamiento”, señala Peggy Chamorro. 

En el plenario legislativo, la bancada de Liberación Nacional (PLN) presentó una moción para exigir que Fabricio Alvarado renunciara a su inmunidad para someterse a la justicia, acción que no resta a los propios señalamientos por violencia sexual al PLN, en el que resalta el caso del dos veces presidente -uno de esos períodos inconstitucional- y Nobel de la Paz, Oscar Arias Sanchéz. Denunciado por al menos cuatro mujeres (periodistas, médicas y activistas) en 2019 por abuso sexual, pero la causa no alcanzó el juicio por acuerdo de las partes. 

A propósito de dicha exigencia, diferentes mujeres y personas no binarias se hicieron presentes en las barras de la Asamblea Legislativa para manifestar el respaldo a Alicia y la exigencia a Alvarado. Le activista, Shi Alarcón (feministx, representante suplente de la academia en el Consejo de Niñez y Adolescencia) en una entrevista declaró que en dicha manifestación lograron dialogar con el sector arrocero que se manifestaba en contra de la “Ruta del Arroz” 3  para que las compañeras tomaran todo el espacio durante la discusión en el plenario. Lo que muestra que la situación es preocupante para ambos sectores, según Shi este contexto retrata la cultura de la violación y el voto masculino en el país: “Descubre el rostro más permisivo con la violencia hacia las mujeres, los discursos que justifican esta violencia en todos los espacios y  que terminan atacando y revictimizando a la victima”, asegura.  

La protesta fue convocada principalmente para debatir con las voces que respaldan a Fabricio y señalan a la denunciante como interesada en destruir su carrera política. Pese a que ambas denuncias fueron previas al anuncio oficial sobre la candidatura de Fabricio Alvarado. Además “¿Cuánto tiempo debían esperar las víctimas para hacerlo?”, se pregunta Chamorro. La manifestación también denunció a los canales oficiales del candidato que lo retratan como víctima de “una campaña sucia para impedir su llegada a la presidencia”. 

El procedimiento para que Alvarado pierda la inmunidad implica al poder judicial y legislativo, el mismo que siguió la denuncia contra Rodrigo Chaves Robles. Esta denuncia  no prosperó, lo que podría suceder con la denuncia a Alvarado pues, ambos sectores son aliados: Chaves no perdió su fuero gracias al apoyo de la bancada completa de Nueva República, encabezada por Fabricio. En síntesis: la Corte Plena debe votar a favor de levantar la inmunidad, tras conocer un informe de un magistrado designado. Posteriormente, el Congreso definiría si efectivamente se levanta la inmunidad para que el proceso judicial pueda iniciarse. 

Así, el camino a las elecciones nacionales se construye sobre violencias y se nubla con discusiones que niegan las voces de las víctimas y quienes la respaldan. El mito de la suiza centroamericana se desvanece ante el incremento sostenido de la violencia en diferentes ámbitos y en una frecuencia nunca antes vista. Ante ello, la organización se erige como la única vía ante élites rapaces que pelean el ejecutivo para sostener privilegios. Siguen presentes las dudas sobre si el electorado dará peso a las denuncias sobre violencia sexual, o decidirá hacer caso omiso. Mientras tanto es la indecisión lo que marca a la mayoría del electorado (55%) en este momento. Le sigue un poco más del 25% que respalda al oficialismo y por ende a posiciones que vulneran a las mujeres; según una encuesta del CIEP. No deja de preocupar el futuro de Costa Rica, la que muchas veces se reconoció como ejemplo de democracia que hoy se tambalea por una desigualdad creciente y la violencia descarada, que no escatima entre las y los más vulnerables. 

Notas

  1. Ordenó a los Estados americanos a normar y proteger el derecho al nombre a la comunidad trans así como el matrimonio igualitario.

  2. Por “conflictos de masculinidad hegemónica se separó de Restauración Nacional, porque era de otro señor”, indica Peggy Chamorro.
  3.  Política estrella del oficialismo que ha empobrecido a los productores al eliminar los aranceles de importación.