El Salvador: liberan a Verónica Delgado, madre buscadora capturada durante el régimen de excepción

Maldito País

abril 5, 2024

Verónica Delgado salió de su casa para participar en la marcha del 8M -Día Internacional de la Mujer como lo hace desde hace dos años. Lleva consigo un cartel con la foto de su hija. Paola Arana, desaparecida el 26 de mayo de 2022. Fue entrevistada por diferentes medios de comunicación, a quienes expresó su preocupación por la falta de respuesta de las autoridades a este y otros casos de personas desaparecidas. Verónica, madre buscadora, defensora de derechos humanos y víctima del crímen organizado que le arrebató a su hija, fue detenida días después, sin pruebas claras, por la Policía Nacional Civil (PNC), en el marco del régimen de excepción que se aplica en El Salvador desde 2022. 

Según el relato de sus familiares, el 11 de marzo la PNC montó un dispositivo en la comunidad donde reside Verónica. Con una orden de la Fiscalía General de la República (FGR), fue capturada por el delito de agrupaciones ilícitas. Su vivienda fue acordonada y no dejaron al resto de la familia sacar sus pertenencias. Al momento de su detención, el Grupo de Trabajo por las personas Desaparecidas en El Salvador, conformado por diversas organizaciones de derechos humanos y de mujeres, señaló que la captura ponía en riesgo su seguridad, su derecho de búsqueda y defensoría, por lo que exigieron el cumplimiento del debido proceso y su liberación inmediata.

La hija de Verónica, Paola Arana, desapareció cuando salió de su casa para pasar consulta médica. Arana dejó una niña que actualmente tiene 4 años y que, desde la desaparición de su madre, es Verónica quien se encarga de su cuido. Tanto su labor de defensa de derechos humanos, como su labor de cuidadora en primer grado, fueron consideradas por el Tribunal Cuarto Contra el Crímen Organizado de San Salvador, para decretar medidas sustitutivas sin fianza, dos semanas después de su detención. Además, según explicaron los abogados de la defensa, la FGR no sostuvo ninguna prueba que comprobara el delito de agrupaciones ilícitas. 

La Asociación Salvadoreña por los Derechos Humanos, ASDHEU, informó que Verónica regresó con su familia la tarde de este jueves 4 de abril, en una condición de salud estable. Para Idalia Zepeda, de ASDHEU, la libertad de Verónica es un precedente positivo para el reconocimiento de la labor de defensa de derechos humanos “que está estigmatizada en nuestros países”. Agregó que también es positivo que se haya reconocido la labor de cuidadora de la defensora. “Nosotros argumentamos en la defensa que ella se dedica  a las labores del hogar, pero que también había combinado su rol de ser madre buscadora y de ser abuela cuidadora, porque la hija de Paola Arana está al cuidado de ella. Que el Tribunal haya tomado en cuenta esto es un precedente importante y parte de la lucha del movimiento feminista en concientizar al personal del sistema de justicia y policial sobre estos conceptos que no están naturalizados en esta sociedad machista y patriarcal”.

Zepeda insistió en que todas las personas detenidas bajo el régimen de excepción deben tener garantías de derechos mínimos como el debido proceso. “Nos vamos a mantener vigilantes de que se cumpla la resolución del juzgado y de alejarnos de esta etiqueta que ella pueda tener por vivir en una comunidad empobrecida y ser una madre buscadora, que esto no le traiga más consecuencias ni a ella ni a otra persona del Bloque de Personas Desaparecidas”.

Con el caso de Verónica se contabilizan 34 personas defensoras de derechos humanos detenidas bajo el régimen de excepción, entre las que se encuentran comunicadores de medios comunitarios, personas buscadoras, activistas por el medio ambiente, de pueblos indígenas y sindicalistas. Organizaciones de derechos humanos, como Cristosal, expresan que han observado casos donde el perfil de las personas capturadas tenían antecedentes críticos al gobierno. De los 34 casos, 20 se encuentran actualmente con medidas sustitutivas y 1 falleció dentro de la cárcel. Sobre este último, la organización Socorro Jurídico Humanitario (SJH) ha afirmado que llevará el caso a instancias internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. 

El régimen de excepción se implementó el 27 de marzo de 2022, luego de una ola de homicidios que vivió El Salvador y que cobró la vida de 80 personas. Esta escalada se dió mientras el gobierno del presidente Nayib Bukele ejecutaba el Plan Control Territorial, parte de sus promesas de campaña para detener la violencia en el país y del cuál no se conocen públicamente las acciones o estrategias. En su más reciente informe, en el marco del segundo aniversario del régimen de excepción, el SJH contabiliza a la fecha 78,100 detenciones, de las cuales afirman que el 35% son personas sin vínculos con pandillas, es decir 26,500 casos de detenciones arbitrarias. Además, se registran 241 muertes en custodia del Estado, 239 personas adultas y 2 bebés recién nacidos. Estiman que el número de muertos dentro de las cárceles es de 550 personas pero se desconoce el paradero de 309. 

De los casos de muertes, el SJH ha representado dos, en los que  afirma que los detenidos fueron víctimas de torturas. Otro de los casos presentados en el informe es el de la bebé Génesis, hija de Selena, una mujer que fue capturada de forma arbitraria por parte de su ex suegro, quien es policía, luego que ella denunciara a su pareja por violencia física hacia ella y su hijo. “La policía engaña a la madre de Selena para que le entregue la niña a su hija y ahí es donde Génesis enferma de neumonía. La bebé permanecía al lado de su madre, en la Granja Penitenciaria, mientras ella limpiaba los corrales de cerdos y gallinas de 7 a 10 de la mañana, situación que luego de varios meses de hospitalización, le causó la muerte”, señala el informe.

Otras víctimas directas de dichas detenciones son las infancias que quedan sin sus principales cuidadores. SJH estima que son 100 mil niñas, niños y adolescentes que quedan en abandono o al cuidado de otros familiares o personas de la comunidad. Lamentan que el Estado no haya creado una política que proteja sus derechos y les garantice “crecer juntos y con cariño” al lado de sus padres y madres o en albergues del Estado en condiciones dignas. Además, denuncian que tanto la niñez y adolescencia como las personas adultas mayores familiares de personas detenidas no se toman en cuenta como víctimas, “lo cual está generando consecuencias a nivel psicológico que repercute en la salud física de los familiares que se encuentran afuera luchando por la libertad de los inocentes”, expresan.

En este sentido, lamentan que otra de las consecuencias sea la discriminación hacia las familias de personas detenidas y la triple carga de cuidados y trabajo que recae sobre las mujeres. “Les excluyen y niegan el derecho al trabajo por el hecho de ser familiares de detenidos. A la niñez se le niega el derecho a la paternidad cuando han nacido de madres detenidas. En su mayoría, las mujeres han asumido la responsabilidad que tenían sus esposos de proveer a la familia el sustento del hogar. Las necesidades básicas por resolver son urgentes ya que tienen que sacar a sus hijos adelante y tener también el dinero mensual de los paquetes que van entre $50 a $75 para los privados de libertad”. 

El Socorro Jurídico afirma que del 25 de julio de 2022 al 27 de marzo de 2024, ha brindado 7 mil asesorías legales a familiares de personas capturadas por abusos de autoridad o detenciones arbitrarias que han derivado en meses y más de un año de prisión preventiva, así como por graves violaciones a derechos humanos de sus familiares cercanos. De este total, el 90% de las asesorías, es decir 6,650 casos, son mujeres, y el 5% (350 casos) son hombres. 2 mil de estos casos cuentan con evidencia documental de que no existen antecedentes judiciales, penales o policiales. 

La organización también ha presentado 1,800 habeas corpus ante la Corte Suprema de Justicia y miles de denuncias de violaciones a derechos humanos. Del total, 76 fueron notificados a la Sala, 61 fueron declarados improcedentes y 15 fueron observados y contestados en el plazo que dicta la ley, sin embargo, aún no tienen respuesta de estos últimos.  

Finalmente, hacen un llamado a los organismos internacionales a actuar de oficio ante las reiteradas denuncias de violaciones a derechos humanos en el marco del régimen de excepción. Piden una verificación “in loco” a todos los centros penitenciarios, a las audiencias realizadas por el sistema de justicia y a reunirse con familiares de privados de libertad “para que puedan constatar que la vulneración sistemática de derechos humanos a inocentes es real, que los funcionarios asuman las consecuencias de las actuaciones que resulten como delitos en nombre del Estado salvadoreño. La impunidad estatal es un signo de la prepotencia y debilidad del régimen opresor”.

“No puede ser un éxito la violencia pandilleril sustituyendola por violencia Estatal”

Amnistía Internacional expresó que el régimen de excepción no es sostenible mientras se ignoren deliberadamente las denuncias de violaciones a derechos humanos y exista una “ilusión errónea de que el presidente Bukele” haya encontrado la fórmula para resolver el problema de la violencia. No puede ser un éxito reducir la violencia pandilleril sustituyéndola por violencia estatal. Las autoridades salvadoreñas deben centrar la respuesta estatal en políticas integrales y respetuosas de los derechos humanos y la búsqueda de soluciones de largo plazo”, dijo Ana Piquer, directora para las Américas de Amnistía Internacional. 

Amnistía lamenta que el Estado Salvadoreño persista en evadir sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. A través de un artículo, recordaron que, bajo cualquier circunstancia, se debe garantizar el derecho a un juicio justo, el principio de legalidad en materia penal y la prohibición de la tortura y la discriminación. “Además, demuestra su incapacidad para diseñar medidas integrales de largo plazo que aborden las causas subyacentes de la violencia y la criminalidad, sin forzar a la población a elegir entre seguridad y libertad”, agregó.

Piquer enfatizó en que minimizar, ocultar, deslegitimar y negar los señalamientos provenientes de diversos actores, tanto nacionales como internacionales, con respecto a las graves violaciones que se han documentado en El Salvador, sugiere que durante el segundo mandato del presidente Bukele podría haber una profundización de la crisis que se ha observado durante los últimos años. De no corregir el rumbo, la instrumentalización del proceso penal y la instauración de una política de tortura en el sistema penitenciario podrían perpetuarse, provocando un aumento en las ya alarmantes cifras de violaciones al debido proceso, muertes bajo custodia del Estado y la precarización de la situación de las personas privadas de libertad.

“La comunidad internacional debe reaccionar de manera robusta, articulada y contundente para condenar cualquier modelo de seguridad pública que se base en la violación de los derechos humanos.”

Sobre esto, el presidente Bukele respondió en su cuenta de X que lo dicho por Amnistía indicaba que la organización “acepta que la estrategia de seguridad funcionó”.