“Este es un gobierno con todas las características de una dictadura militar de derecha”: entrevista a Simón Rodríguez sobre la situación de Venezuela
Maldito País
agosto 13, 2024
HoraCero: En Venezuela siempre está pasando algo y nos gustaría preguntarte por algo que se habla poco y es la persecusión política contra militantes de izquierda en el país. ¿Cómo se vive la situación en el país siendo una persona que se adscribe a una izquierda crítica de Maduro?
Simón Rodríguez: A partir del 2007, aún con Chavez en el poder inicia un ciclo muy fuerte de criminalización de la protesta social. Empezamos a ver decenas de personas con juicios abiertos por participar en protestas de carácter reivindicativo, no político, sino por ejemplo trabajadores, sindicalistas que encabezaron huelgas en alguna empresa pública o privada, indígenas que tenían conflictos por tierras en la reivindicación de sus territorios ancestrales y así sucesivamente. Ese fenómeno incipiente de persecución golpeó a sectores como los trabajadores, campesinos e indígenas y con el paso del tiempo ha ido empeorando.
Ha habido un cambio cualitativo en años de gobierno de Maduro desde el 2013. En el año 2015 cuando el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, oficialista) pierde por amplio margen las elecciones y decide de anular el parlamento, pasa a ser un gobierno de facto y pasa a ser un gobierno con suspensión de las garantías constitucionales de manera casi permanente y se profundiza mucho más una persecución política. En el 2015 fue víctima de desaparición forzada un activista de izquierda que se llamaba Alcedo Mora, por denunciar corrupción. También está el caso del asesinato de Sabino Romero un indígena yukpa en la zona noroccidental en la frontera con Colombia que fue asesinado en marzo del año 2013. Estuvo el caso terrible de Rodney Álvarez, un trabajador de la empresa estatal Ferrominera del Orinoco en el sur de Venezuela, que estuvo preso una década sin juicio y sin condena. También hemos tenido casos de mujeres feministas perseguidas por asistir el aborto.
HoraCero: Por mucho tiempo se ha hablado de los programas sociales iniciados con Chávez como uno de los estandartes para defender al régimen venezolano. Se trataba de programas que buscaban ayudar a los más necesitados y cerrar las brechas sociales, pero en medio de la actual crisis económica ¿Qué ha pasado con todos esos programas y que ha pasado con las clases populares?
Simón Rodríguez: Venezuela nunca dejó de ser un país capitalista a pesar del discurso oficial. La economía siempre fue una economía profundamente dependiente al respecto de las exportaciones petroleras y además penetrada por capitales imperialistas, tanto estadounidenses como europeos y chinos. El ciclo de crecimiento de los precios del petróleo le permitió al gobierno financiar programas sociales, algunos con carácter asistencialista, pero esto tenía fuertes limitaciones y la insostenibilidad del modelo económico capitalista del chavismo que era brutalmente clientelar. Había migajas para los de abajo mientras los de arriba estaban haciendo una fiesta con el petróleo y las distorsiones cambiarias.
A partir del 2013, el país pasó de tener la mayor bonanza a sufrir la más catastrófica crisis económica de su historia y a tener al 25% de la población venezolana fuera, víctima de un desplazamiento forzoso para poder sobrevivir. Actualmente, por ejemplo, el salario mínimo es de menos de 4 dólares al mes. El gobierno destruyó los sindicatos, impuso un régimen de persecución policíaca en contra de los trabajadores, no había posibilidad de que realizaran una huelga general o algún tipo de resistencia a esas medidas de un capitalismo totalmente salvaje. Así que podemos decir que los avances relativos que hubo en los primeros años de Chávez, los últimos 15 años han sido de un retroceso muy claro. Hoy no queda nada que defender, no queda nada que rescatar, se ha perdido todo, las universidades públicas totalmente destruidas, los salarios destruidos, los hospitales en la ruina, desde mucho antes de las sanciones económicas estadounidenses, que lógicamente también rechazamos.
HoraCero: Con el fraude electoral que está en marcha después de las elecciones presidenciales hemos visto una serie de declaraciones de gobiernos y políticos alrededor del mundo ¿Qué efecto podría tener la comunidad internacional en medio de esta crisis?
Simón Rodríguez: El único culpable de la actual crisis postelectoral son el Gobierno y el Consejo Nacional Electoral, que violan las leyes que ellos mismos han elaborado al no publicar los resultados. Publicar los resultados no significa que el presidente del CNE dé una declaración afirmando cuál es el resultado, ellos tienen que publicar de manera detallada el resultado global, pero también el resultado desagregado por Estado, por municipio, por centro electoral y luego la unidad más pequeña que es por mesa electoral; de esa manera los testigos pueden constatar si lo que ha publicado la autoridad electoral se corresponde con las actas que ellos tienen. Por eso hay mucha discusión en Venezuela sobre las actas, las actas son ese último rastro de evidencia que queda de cómo fue el proceso. No hay ninguna razón técnica que les impida publicar los resultados y si el gobierno publicara los resultados completos y no coincidieran con las evidencias físicas que tienen los testigos y delegados opositores, pues ahí entraría de lleno la discusión sobre la validez de las mismas.
Desde 2015 hasta ahora ya tenemos una larga experiencia de luchar contra un gobierno que ya está al margen de su propia legalidad y no puede esperarse absolutamente nada de eso que llaman comunidad internacional, que no es otra cosa que los gobiernos de cada país y sobre todo el imperialismo. Venezuela es el terreno de una disputa interimperialista donde por una parte está el gobierno de los Estados Unidos, el imperialismo ruso y el imperialismo chino. Nosotros lo que queremos es que el pueblo venezolano pueda decidir su propio destino sin estas injerencias. Hay que tomar el ejemplo inspirador de Bangladesh, donde la juventud y las masas populares derrocaron a una dictadura cuando los militares se rehusaron a seguir reprimiendo porque se dieron cuenta de que habían sido totalmente sobrepasados.
HoraCero: En caso de que el fraude se consolide ¿Qué significa esta nueva etapa para la sociedad venezolana? Algunos han dicho que se agudizara el proceso de persecución y vigilancia.
Simón Rodríguez: Ya van más de 2.000 personas detenidas en una semana apenas, centenares de personas heridas, muchos de los detenidos no se sabe dónde están, se trata de desapariciones forzosas.
Este es un gobierno con todas las características de una dictadura militar de derecha, más allá de su falso discurso social. El peligro es que puede ir hacia el fascismo porque ya no va a tener ninguna sombra de legitimidad o legalidad, ya descansa sobre el poder exclusivamente de los fusiles. Por eso es que todas las corrientes de la izquierda venezolana desde quienes apoyaron por muchos años a Chávez (los llamados Chavistas críticos) como por ejemplo el Partido Comunista de Venezuela que es un partido muy antiguo o partidos trotskistas como el partido Socialismo y Libertad, el partido Patria para Todos, todos coinciden en oponerse a Maduro, a su fraude y a su represión. Hablo de organizaciones que no apoyan ni han votado jamás por la derecha que representa Machado, y que polemizan públicamente con las posiciones de Machado a favor de más privatizaciones y alineamientos con EEUU. Más allá de esa disputa entre esos sectores capitalistas que representan Maduro y Machado, para cientos de miles de personas que se movilizaron luego del fraude desde los barrios más humildes, esto se trata de que el pueblo trabajador pueda quitarse de encima la bota que lo está aplastando y que le impide respirar.
HoraCero: Ya son 25 años de chavismo y hemos visto distintos sectores con los que se ha aliado, sectores con los que se ha peleado, pero ahora estamos ante un panorama en el que parece que ellos están muy solos ¿Quiénes son los aliados de Maduro y cómo se sostiene?
Simón Rodríguez: Fundamentalmente por los militares que controlan exportaciones e importaciones, los puertos, controlan el negocio mafioso del oro. Esa es la columna vertebral del gobierno, esos militares nunca fueron de izquierdas, fueron militares que reprimieron a la guerrilla en los 60 y en los 70, que en los 80 cometieron masacres cuando hubo levantamientos populares como el que hubo en Mérida en 1987 o en Caracas en 1989. Muchos de ellos como el ministro de la Defensa fueron formados en la Escuela de las Américas, siempre en un furioso anticomunismo y luego descubrieron que para robar lo único que tenían que decir era la palabra mágica que era socialismo. Entonces ellos dicen que son socialistas porque esa es su contraseña para que puedan robar, pero si la contraseña fuera bolivarianismo o fuera nacionalismo dirían que son militares bolivarianos o nacionalistas.
Hay ciertos sectores de la burguesía que han sido beneficiados en sus negocios con el Estado. Otros sectores fundamentalistas evangélicos también tienen algunos acuerdos con el gobierno, por ejemplo, el gobierno les da financiamiento directamente. Su base social ha disminuido mucho y el apoyo popular al gobierno con toda seguridad es menor del 20%, incluso el apoyo a Maduro es minoritario dentro del propio chavismo.
Por eso una persona relativamente desconocida como lo era este ex diplomático Edmundo González tuvo tanto apoyo, la gente votó por cualquiera que estuviera contra el gobierno, si eso podía abría la posibilidad de terminar con lo que ha significado la destrucción de los salarios, una contracción de la economía total, destrucción ambiental, el colapso de los servicios públicos, el acceso a la luz eléctrica y al agua, cada vez más disminuido, dificultades para acceder incluso a la gasolina en un país petrolero.
Desde la oposición de izquierda no creemos que González represente esa salida, ni que el gobierno respetará la voluntad popular expresada en los votos el 28 de julio, pero sí confiamos en la fuerza de la juventud de los barrios, la fuerza obrera y popular, que aunque ahora esté sufriendo la represión, es capaz de superar las ilusiones y levantarse para barrer revolucionariamente con este asfixiante estado de cosas y construir algo nuevo, más digno y más justo.