Incertidumbre por archivos históricos de Nicaragua, El Salvador y Honduras eleva las alarmas

Maldito País

agosto 19, 2024

Los archivos históricos son la materia prima de cualquier persona profesional de la historia o investigadores, así lo define Héctor Lindo, quien lamenta que las nuevas generaciones tengan dificultades para acceder a insumos claves para su formación y que pueden ver sus carreras paralizadas por la falta de acceso a documentos históricos.

La situación de los archivos históricos de Nicaragua, El Salvador y Honduras, tiene preocupadas a personas profesionales de la historia de diferentes países, quienes aprovecharon el XVI Congreso Centroamericano de Historia, realizado a finales de julio en Honduras, para recordar la importancia de conservar los archivos de cada país y exigir a los Estados cumplir con su responsabilidad de proteger, con profesionalismo, sus acervos bibliográficos, así como hacerlos accesibles a la población en general. 

El pronunciamiento de 94 profesionales de la historia de 13 países se refiere, en el caso de Nicaragua, al Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA), el cual se encontraba dentro de las instalaciones de la Universidad Centroamericana. Con la confiscación de bienes de dicha universidad, en agosto de 2023, el régimen de Daniel Ortega se tomó las instalaciones del IHNCA y lo reinauguró como “Instituto de Historia Héroes de Nicaragua”, instalando dentro de su sede el Museo de la Cruzada Nacional de Alfabetización.

Durante su monólogo oficial, Rosario Murillo se refirió a la inauguración del museo: “Estaba cerrado ese espacio por los enemigos de la patria bendita y siempre libre. Hoy se reabrió y ahí está el espejo de lo que somos, adónde vamos”.

El IHNCA recibió en 2009 el Premio Príncipe Claus, en Países Bajos, por su destacada labor de investigación y acervo histórico que, para la fecha, contabilizaba alrededor de 50 000 volúmenes entre periódicos, fotografías, mapas, videos y otros documentos. Al cierre del instituto, la cifra subía a 70 000.

La página oficial del premio Príncipe Claus, explica que la práctica del IHNCA abarcaba desde la preservación de archivos, la investigación sociocultural hasta la historia pública, enfocándose en temas como la identidad regional, los desarrollos políticos y el cambio social. 

“Su trabajo se ha exhibido en varios foros internacionales, destacando el impacto del instituto en la preservación del patrimonio cultural e influyendo en los estudios históricos contemporáneos. A través de exposiciones, publicaciones y archivos digitales, IHNCA no sólo salvaguarda la historia sino que también fomenta un diálogo informado sobre el futuro de Centroamérica”, expresa el sitio.

En el caso de El Salvador, existe preocupación por el Archivo General de la Nación (AGN) y la Biblioteca Nacional de El Salvador (BINAES). Una investigación periodística reveló recientemente que el traslado de los archivos históricos tanto del AGN como de la Hemeroteca y otras colecciones históricas que se encontraban en la antigua biblioteca, sufrieron daños debido a la falta de protocolos para realizar los traslados. 

La investigación consulta a trabajadores de la BINAES, quienes dan cuenta de las malas condiciones en que se trasladaron los archivos, desde el uso de cajas de plástico hasta la improvisación para el traslado de documentos debido a las presiones de Casa Presidencial para desalojar el edificio donde se ha colocado temporalmente el AGN. La mayoría de trabajadores consultados por dicha investigación, aseguraron que mucho del material histórico sufrió daños irreparables. 

Además, la investigación relata que el personal que trasladó los archivos no fue capacitado, ya que el gobierno utilizó a reos en fase de confianza del Plan Cero Ocio, debido a que el personal de la Biblioteca no era suficiente. “La disposición inicial de las colecciones históricas en el nuevo recinto no fue menos caótica, puesto que el trabajador rememora que estas estuvieron durante días amontonadas en el suelo, ya que al momento del traslado y la recepción de los archivos no se contaba con las estanterías armadas”, expresa la investigación.

Esta situación se suma a una serie de decisiones que el gobierno tomó sobre el Ministerio de Cultura, que incluyen despidos, destrucción del patrimonio y reestructuración de esta entidad. 

Sobre esto, el historiador salvadoreño y firmante del pronunciamiento, Héctor Lindo, lamentó que exista una “implosión” de las autoridades culturales de su país, además del desinterés por proteger el patrimonio cultural. “El Ministerio de Cultura parece estar más interesado en desmantelarse a sí mismo. Hay una especie de implosión de las autoridades culturales en El Salvador, no se da ningún valor al profesionalismo”, dijo. 

“Además, el acceso a las casas de la cultura, sus pequeñas bibliotecas, sus actividades que llevaban la cultura a nivel local, un trabajo de más de dos décadas que se había hecho en las casas de la cultura, se ha tirado por la ventana. El no tener personal puede que impida que el Ministerio de Cultura tenga la calidad de investigación, el trabajo necesario de mantenimiento, todo lo que se espera de un Ministerio de Cultura. No puede funcionar al mismo nivel cuando pierde mucho personal experimentado e inclusive cuando en autoridades a niveles más altos no se ve un profesionalismo en temas de la cultura, ni se han manifestado ni han mostrado ningún interés en decir que proyectos tienen para el futuro”, expresó.

Lindo comentó que durante el Congreso Centroamericano de Historia, profesionales de Honduras también denunciaron que el edificio que alberga la Hemeroteca Nacional “Ramón Rosa”, no se encuentra en óptimas condiciones, lo que pone en peligro archivos históricos de la prensa de este país. 

Según una nota periodística, el edificio de la Hemeroteca Nacional, considerado patrimonio del país, data del siglo XIX y presenta daños como vegetación creciendo en las paredes, malas intervenciones en los pisos originales, filtraciones en todo el inmueble, zonas propensas a derrumbes y la presencia de plagas que ponen en riesgo tanto la madera en el lugar como la documentación, según un informe de la Secretaría de las Culturas, Artes y los Patrimonios.

Días después de conocerse el pronunciamiento de los historiadores, la Secretaría de las Culturas publicó un video en redes sociales, el pasado 6 de agosto, informando que los más de 5 millones de documentos históricos que se encuentran en la Hemeroteca, están siendo trasladados a un nuevo edificio sede. “La Hemeroteca Nacional ‘Ramón Rosa’ está culminando la primera fase del traslado de su invaluable acervo histórico. En esta etapa, nuestro equipo está clasificando, inventariando y embalando colecciones para garantizar la protección y seguridad de más de un siglo de historia nacional”, expresaron en sus redes sociales.

@secapph #SECAPPHInforma | ¡Ya es un hecho! 📚✨ La Hemeroteca Nacional ‘Ramón Rosa’ está culminando la primera fase del traslado de su invaluable acervo histórico. En esta etapa, nuestro equipo está clasificando, inventariando y embalando colecciones para garantizar la protección y seguridad de más de un siglo de historia nacional. Gracias a los estudiantes de la @unahoficial y miembros de ASEBEP por su valioso apoyo en este proceso. Pronto iniciaremos la segunda fase del traslado. ¡Únete a nosotros en la salvaguarda de nuestra memoria histórica! 🙌 #HemerotecaNacional #Historia #Patrimonio #Voluntariado ♬ sonido original - Culturas, Artes y Patrimonios

“Las principales víctimas son las historiadoras e historiadores más jóvenes”

Los archivos históricos son la materia prima de cualquier persona profesional de la historia o investigadores, así lo define Héctor Lindo, quien lamenta que las nuevas generaciones tengan dificultades para acceder a insumos claves para su formación y que pueden ver sus carreras paralizadas por la falta de acceso a documentos históricos. 

“Nosotros no trabajamos sin tener un apoyo documental para lo que decimos o para los argumentos que hacemos, esa es la experiencia de la persona dedicada a la historia. Las principales víctimas de todo esto son las historiadoras e historiadores más jóvenes, que ni siquiera tienen acumuladas notas de investigación. Toda esta gente joven, todos los estudiantes de Historia en El Salvador, por ejemplo, y en toda Centroamérica, no tienen acceso a la materia prima para trabajar, sus carreras realmente se paralizan con la falta de acceso”, dijo.

Por otra parte, recalcó algunos puntos a tomar en cuenta sobre el traslado de archivos y recordó que existen manuales, lineamientos y protocolos internacionales que indican a las instituciones, privadas y públicas, los mecanismos de protección, traslado y manejo de archivos y documentos históricos. “Tienen que estar en instalaciones adecuadas. Los archivos no son bodegas, son sitios de resguardo de protección e inclusive de restauración de documentos históricos, esto requiere principalmente protección contra peligros como el fuego, por ejemplo”. 

“Hay guías tanto de la UNESCO como de instituciones archivísticas en Estados Unidos y en Europa que le explican a cualquiera que quiera dedicarse a este tema, cómo hacerlo. Además, un archivo bien manejado incluye actividades de restauración, clasificación, actividades de catalogación, el servicio al público colocando los catálogos en línea para que gente en cualquier parte sepa qué es lo que se puede encontrar en el archivo, digitalizando documentos que se puedan colocar en línea para que la gente no tenga que manipular los documentos que son tan frágiles”.

Los firmantes de la declaración, vinculados a universidades de Centroamérica, México, Suramérica, Norteamérica y Europa, subrayaron la importancia de contar con instituciones adecuadas para el resguardo y protección de documentos y libros. En su declaración, destacaron la necesidad de condiciones físicas apropiadas, gestión profesional y acceso público a los archivos y bibliotecas.

El congreso reunió a académicos y expertos de diversas universidades, incluyendo la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Fordham, y la Universidad de California, entre otras, quienes reafirmaron su compromiso con la preservación del patrimonio histórico de la región.

“Los pueblos sin archivos pierden el recuerdo … el archivo es para el país  la memoria de su pasado”, concluye el comunicado.