En el convulso escenario político de Honduras, Jorge Luis Cálix Espinal continúa protagonizando una de las historias más polémicas de cara a las elecciones generales del 30 de noviembre de 2025. Tras perder las elecciones primarias de marzo como precandidato presidencial del Partido Liberal por el movimiento “Juntos por el Cambio”, ha intentado inscribirse ahora como candidato a diputado propietario por el departamento de Olancho, pero enfrenta obstáculos legales.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), por unanimidad, declaró “sin lugar” la solicitud de sustitución de Samuel Armando de Jesús García Salgado (candidato liberal por Olancho que renunció) para que Jorge Cálix ocupara su lugar como candidato propietario. Como principal motivo, el CNE aduce que Cálix ya participó como precandidato presidencial en las primarias de marzo y perdió, lo que le impide legalmente inscribirse ahora como candidato a diputado para las generales.
Cálix apeló esta decisión ante el Tribunal de Justicia Electoral (TJE), representado por abogados que alegan que su derecho de participación está siendo vulnerado.
El órgano electoral señala que la Constitución hondureña exige un “vínculo con el departamento” por el cual se compite (ya sea por nacimiento o residencia efectiva de cinco años). También se menciona que la normativa electoral impone restricciones para quienes participaron en internas de partidos políticos; si no ganan, eso limita su posibilidad de participar en otras contiendas de ese mismo período electoral.
Además, funcionarios del CNE como Marlon Ochoa han reiterado que Cálix “no cumple los requisitos” por haber disputado las elecciones primarias sin resultar ganador.
Jorge Cálix es un político hondureño cuya carrera ha estado marcada tanto por su ascenso vertiginoso como por la polémica que lo rodea. Inició su trayectoria legislativa como diputado suplente en 2013, y luego fue electo como diputado propietario por el partido Libertad y Refundación (Libre) en 2017 y reelecto en 2021.
Su figura alcanzó notoriedad nacional en enero de 2022, cuando, con el respaldo de diputados nacionalistas y liberales, fue elegido presidente provisional del Congreso Nacional en un proceso calificado como irregular. La sesión, realizada en Bosques de Zambrano y a la que Cálix llegó en helicóptero, instaló una legislatura paralela, desconociendo el acuerdo político que había llevado a Xiomara Castro al poder. Ante la negativa de la presidenta de reconocer su nombramiento, y en medio de una fuerte crisis institucional, Cálix cedió finalmente el cargo a Luis Redondo, conforme al pacto entre Libre y Salvador Nasralla.
Durante la campaña de 2021, tras la victoria de Libre, Cálix mostró una imagen de lealtad hacia la dirigencia del partido. En redes sociales, se le vio emocionado agradeciendo a Manuel Zelaya y a Xiomara Castro, destacando la nobleza del proyecto político de Libre. Sin embargo, este respaldo se diluyó con el tiempo, lo que alimentó las críticas sobre su coherencia ideológica.
Aunque ha presentado algunas propuestas legislativas, su desempeño en el Congreso ha sido cuestionado por organizaciones de la sociedad civil, que lo señalan por su baja productividad y limitada presentación de iniciativas de ley. A pesar de ello, ha sabido mantenerse como una figura mediática, utilizando redes sociales y los medios de comunicación para aumentar su visibilidad, más como un “influencer” político que como un líder de base.
Su regreso al Partido Liberal en 2024 no fue una sorpresa para muchos. Sus excompañeros del partido Libre lo ven como un político oportunista, sin una ideología firme, dispuesto a cambiar de partido según le convenga. Otros, en cambio, lo consideran un hábil estratega que sabe adaptarse a las circunstancias para mantenerse vigente. Lo cierto es que su retorno consolidó una corriente propia dentro del liberalismo, arrastrando a un grupo considerable de seguidores.
Desde su vuelta, ha liderado una fracción conocida como la «bancadita», que ha debilitado al oficialismo de Libre en el Congreso y fortalecido al Partido Liberal en su lucha por el control legislativo. Según el analista Kenneth Madrid, el caso de Cálix es emblemático de un transfuguismo político que refleja “la ausencia de una doctrina partidaria sólida” y una tendencia a priorizar el interés personal por encima del compromiso ideológico.
En julio de 2024, fue juramentado oficialmente durante un acto del Partido Liberal, donde aseguró que regresaba “al lugar del que nunca debió irse”. Afirmó que el liberalismo es la única vía para transformar Honduras y presentó a varios diputados que lo acompañan, entre ellos Francis Cabrera, Yavhé Sabillón, Allan Cárcamo, Dennis Chirinos, Marco Tinoco, Mario Enrique Cálix, Nasser Rodríguez y Alberto Cruz. Todos ellos han sido parte de su círculo político desde su intento fallido de presidir el Congreso en 2022.
Además de su carrera política, Jorge Cálix ha estado envuelto en varias polémicas personales y familiares que han impactado su imagen pública. Una de ellas es su presunto vínculo familiar con José Mario Cálix, alias «Cubeta», extraditado a EE. UU. por narcotráfico en 2024. Aunque Jorge Cálix ha negado toda relación, sectores críticos señalan que ese nexo –aunque no comprobado– representa un riesgo político, sobre todo por su discurso contra la corrupción y el crimen organizado.
También ha sido cuestionado por su parentesco con Soraya Cálix, exdirectora de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico del Ministerio Público, quien fue criticada por su inacción en casos clave. Su nombre incluso surgió durante el juicio contra Juan Orlando Hernández por supuestamente encubrir pruebas. Jorge Cálix ha evitado pronunciarse al respecto, alegando respeto familiar, aunque la omisión ha generado cuestionamientos.
Adicionalmente, la comisionada policial en retiro María Luisa Borjas acusó a Cálix de tener un hermano en la cárcel, apodado «Moncho», presunto líder de la MS-13 y recluido en Támara con supuestos privilegios penitenciarios. Hasta la fecha el diputado no se ha pronunciado al respecto. Borjas también lo responsabilizó de manipular procesos internos en Libre en 2021 para desplazarla políticamente, denunciando alianzas cuestionables entre Libre, el Partido Nacional y sectores del liberalismo.
A pesar de las controversias y obstáculos legales, Jorge Cálix persiste en su intento por mantenerse vigente en la política hondureña. Su regreso al Partido Liberal ha sido estratégico, pero también divisivo, generando tanto respaldo como rechazo interno. Aunque cuenta con el apoyo de figuras como Yani Rosenthal, su liderazgo sigue en entredicho y enfrenta un nuevo desafío legal: su posible candidatura a diputado por Olancho podría chocar con lo establecido en la Ley Electoral.
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