¿Quitar el régimen de excepción? Nayib Bukele habla sobre su estrategia de seguridad y el futuro de su Gobierno en El Salvador
Maldito País
septiembre 11, 2024
En una extensa entrevista con la revista Time, el presidente (inconstitucional) de El Salvador, Nayib Bukele, habló sobre el régimen de excepción, una medida de seguridad que ha encarcelado a más de 70 mil personas presuntamente vinculadas a pandillas. Organizaciones nacionales e internacionales han denunciado la captura arbitraria de más de 7 mil personas inocentes, casos de tortura y 311 personas fallecidas bajo custodia del Estado, en el marco de esta medida. Bukele negó las denuncias.
En esta entrevista, Bukele aseguró que el país no está listo para que el régimen de excepción sea eliminado. Sin embargo, no descartó que la medida pueda ser levantada “a la brevedad posible”.
“¿Es sostenible? Sí. ¿Requiere mantenimiento? Sí. ¿Puede hacerse ese mantenimiento sin el régimen de excepción? Sí. ¿Por qué no lo quitamos ahorita? Porque todavía no estamos listos para quitarlo, pero sabemos que es un régimen de excepción y por ende esperamos quitarlo a la brevedad posible que nos permita la realidad en el terreno, cuando ya podamos mantenerlo sin régimen de excepción”.
Para ello, dijo Bukele, se necesita remover a la mayor cantidad de pandilleros posible. “Si nosotros removemos más pandilleros de la calle ya no van a tener suficiente para cohesionarse de nuevo, porque si hay 3,000, 4,000 pandilleros no tendrán suficiente para armar cuatro pandillas. Es difícil. También no es como que vamos a quitar la Policía. Siempre, en algún momento en el horizonte cercano, en el corto plazo, nosotros esperamos poder quitar el régimen de excepción, regresar a la normalidad en el término constitucional y poder mantener la paz que hemos logrado con simple actividad judicial y judicial normal”.
Según datos de Cristosal, Socorro Jurídico Humanitario, el Movimiento de Víctimas del Régimen de Excepción (MOVIR) y organismos internacionales, existen alrededor de 7 mil denuncias de capturas arbitrarias de personas que no tenían vínculos con pandillas. Además, hasta la fecha se contabilizan 311 muertes de personas privadas de libertad, fallecimientos que han sucedido bajo custodia del Estado Salvadoreño.
Las organizaciones han documentado también testimonios sobre torturas: golpes, acoso, violaciones y otras situaciones dentro de las cárceles salvadoreñas. Sin embargo, Bukele aseguró que no existen pruebas de este tipo de hechos. Además, desestimó la responsabilidad del Estado en cuanto a las muertes dentro de las cárceles, asegurando que estas se dan por “alguna enfermedad”.
“Los que hablan de muertes en las cárceles o de torturas, no hay ni una tan sola prueba de tortura y las muertes en las cárceles, nuestras tasas de muertes son bastante bajas. Es cierto, ellos dicen, los organismos internacionales que las cifra no es falsa, sino la narrativa. A veces hay cosas que son media verdad. Suena a verdad, tienen datos para corroborarlos, pero no se ha puesto a la luz de cómo son las cosas”.
Agregó: “Claro, cuando alguien dice 300 muertos en las cárceles, suena a mucho porque son 300 vidas humanas que así sean culpables, pero no es para matarlos, pero es que la gente en la cárcel no se blinda de la muerte, la gente muere afuera y adentro. Hay enfermedades, algunos mueren de vejez, algunos mueren de una enfermedad, de algo”.
Samuel Ramírez, defensor de derechos humanos y miembro del MOVIR, expuso a HoraCero las preocupaciones crecientes sobre las violaciones a los derechos humanos y el descontento popular que se está gestando frente a la administración actual. La presión internacional sobre las violaciones a los derechos humanos, expresó, ha alcanzado niveles muy graves y está afectando la imagen del régimen de Bukele. Según él, mientras que al inicio del régimen de excepción había una percepción de aprobación sobre la medida, hoy en día la opinión pública ha cambiado significativamente.
“Hace un año, la percepción era que el régimen era necesario y efectivo,” comentó Ramírez. “Ahora, mucha gente reconoce que el régimen ha sido positivo para la seguridad, pero no acepta las violaciones a los derechos humanos que han ocurrido durante su implementación. El descontento está creciendo.”
Ramírez también mencionó el reciente informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que reiteró los señalamientos de capturas arbitrarias y violaciones al debido proceso. Según el informe, la situación de los derechos humanos en El Salvador es alarmante, y las capturas arbitrarias y el colapso del sistema judicial son problemas serios que persisten.
Impactos en las comunidades más vulnerables
El defensor de derechos humanos destacó que el régimen de excepción ha afectado desproporcionadamente a las comunidades más pobres de El Salvador. Estas comunidades, que ya estaban agobiadas por la violencia de las pandillas, han visto cómo el régimen incrementó la represión sin distinguir entre delincuentes y ciudadanos inocentes.
“Las personas en las comunidades más vulnerables, donde las pandillas tenían un control significativo, están siendo tratadas como sospechosos simplemente por vivir en esas áreas,” dijo Ramírez. “Las capturas arbitrarias han afectado a jóvenes, agricultores y pescadores sin evidencia concreta de su implicación en actividades delictivas.”
Ramírez también hizo hincapié en la falta de atención médica adecuada para los detenidos, la dificultad de las familias para visitar a sus seres queridos en prisión, y los informes de tortura y muertes dentro de las cárceles. La situación se complica aún más con la existencia de fosas comunes y la falta de transparencia en el manejo de los cadáveres.
Sin embargo, para Samuel, las declaraciones de Bukele sobre una posible eliminación del régimen a la brevedad posible, no solucionaría todos estos impactos que menciona, ya que hará falta, en sus palabras, una verdadera reparación y garantías de no repetición de estas violaciones a derechos humanos para las víctimas del régimen y sus familiares.
“Suspender el régimen de excepción no resolverá de inmediato las injusticias cometidas,” advirtió Ramírez. “El gobierno deberá comprometerse a agilizar los procesos judiciales para determinar la inocencia o culpabilidad de los detenidos y ofrecer una reparación adecuada a las víctimas. La justicia debe ser una prioridad, no solo la reparación.”
Ramirez enfatizó en la importancia de la denuncia pública, el seguimiento de casos individuales y otras medidas que el Estado debe garantizar para una pronta y cumplida justicia para las víctimas inocentes. Además, resaltó que todo el sistema debe enfrentar las consecuencias de esta medida, especialmente sobre las violaciones a derechos humanos y la falta del estado de derecho para la ciudadanía.
“Yo no puedo correr para presidente de nuevo de acuerdo a la Constitución”
Al igual que al inicio de su mandato, cuando aseguró que no optaría por la reelección presidencial, Bukele dijo a la revista Time que no correría por un tercer mandato, debido a que lo prohíbe la Constitución en el artículo 152. El presidente menciona solo un artículo cuando existen más de 7 en la Carta Magna que impiden la reelección inmediata.
“Yo no puedo correr para presidente de nuevo de acuerdo a la Constitución por la prohibición del artículo 152. Además, tenemos un acuerdo con mi esposa de que esta es la última”.
Bukele expresó que tomó la decisión de reelegirse por un segundo mandato, gracias a la interpretación que dio la Sala de lo Constitucional, de la Corte Suprema de Justicia, lo cual vio como una “oportunidad”.
“La Corte resolvió de que se puede correr para presidente un periodo inmediato, pero luego ya no se puede por la interpretación del artículo 152. En ese momento la Corte con una resolución estaba habilitando la reelección presidencial, con la resolución a favor del excandidato y quedó habilitada la reelección, pero eso obviamente nosotros lo vimos como una oportunidad”.
Cabe destacar que las y los magistrados de dicha Sala de lo Constitucional fueron impuestos por la Asamblea Legislativa con mayoría de diputados del partido oficialista, Nuevas Ideas, al igual que el actual Fiscal General de la República, cargos donde no se siguió el debido proceso para su elección.