Entre tensiones y polarización, Ana Paola Hall lidera el CNE rumbo a las elecciones generales de Honduras

Maldito País

septiembre 24, 2025

La llegada de Ana Paola Hall a la presidencia también estuvo antecedida por un episodio político relevante. En julio pasado, Hall presentó su renuncia condicionada ante el Congreso Nacional, denunciando presiones políticas para aceptar decisiones que, según señaló, contravenían la legalidad del ente.

En un momento crucial para el proceso electoral hondureño, la abogada Ana Paola Hall asumió el pasado 11 de septiembre la presidencia del Consejo Nacional Electoral (CNE), a menos de dos meses de las elecciones generales previstas para el 30 de noviembre de 2025. Su nombramiento se produce en un contexto marcado por la desconfianza ciudadana, procesos aún pendientes de resolución y un ambiente político altamente polarizado.

Hall, quien representa al Partido Liberal y ya cuenta con experiencia en la presidencia del CNE durante el ciclo electoral de 2021, asume el liderazgo del órgano electoral en una etapa clave del cronograma. Su retorno ha generado diversas reacciones: mientras algunos sectores valoran su trayectoria y conocimiento del proceso electoral, otros mantienen dudas sobre la capacidad del ente para garantizar unos comicios transparentes, especialmente tras los cuestionamientos surgidos en elecciones anteriores.

La rotación en la presidencia del CNE está establecida en el artículo 13 de la Ley Electoral, el cual indica que cada consejero debe ocupar la presidencia durante un año, sin posibilidad de repetir el cargo hasta que todos hayan ejercido dicha función.

Hall asume el liderazgo tras la finalización del mandato de la consejera Cossette López-Osorio, quien al dejar el cargo aseguró que su gestión asentó  las bases jurídicas y operativas para el correcto desarrollo del proceso electoral. Entre los documentos pendientes de aprobación en el pleno se encuentran los reglamentos de observación electoral, control de campaña, propaganda electoral, así como los lineamientos para encuestas y sondeos de opinión.

“Mi compromiso con Honduras apenas comienza. Estaré de pie defendiendo la voz ciudadana y el derecho a vivir en democracia”, afirmó López-Osorio al despedirse del cargo.

La llegada de Ana Paola Hall a la presidencia también estuvo antecedida por un episodio político relevante. En julio pasado, Hall presentó su renuncia condicionada ante el Congreso Nacional, denunciando presiones políticas para aceptar decisiones que, según señaló, contravenían la legalidad del ente. La abogada acusó que se le exigía aceptar una integración irregular del pleno, con solo dos consejeros, acción que calificó como inconstitucional. Además, denunció que ella y su familia eran víctimas de amenazas a muerte. 

Ana Paola Hall García es doctora en Derecho Penal y cuenta con una sólida trayectoria en el ámbito electoral. En 2019 fue nombrada consejera propietaria en representación del Partido Liberal. Ya había ejercido la presidencia del CNE entre septiembre de 2020 y septiembre de 2021, durante la preparación y desarrollo de las elecciones generales que definieron el actual período gubernamental (2022-2026).

Es, además, la única de los tres consejeros actuales con experiencia previa directa en la conducción de procesos electorales, un factor que podría jugar a su favor ante los retos técnicos y políticos que enfrenta el ente.

Desafíos inmediatos: confianza y transparencia

Para el exmagistrado del extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE) y actual alcalde de Catacamas, Marco Ramiro Lobo, el ascenso de Ana Paola Hall como presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) marca el cierre de una etapa crítica para el órgano electoral.

Lobo considera que el cumplimiento del relevo presidencial dentro del CNE representa un acto de respeto a la Ley Electoral y a la Constitución de la República, lo que, según él, disipa las especulaciones en torno a presuntas maniobras que buscaban impedir que la representante del Partido Liberal llegara a la presidencia del ente colegiado.

“El nombramiento de Hall no solo responde al marco legal, sino que también fortalece la institucionalidad del proceso”, sostuvo el jurista. Asimismo, destacó que la experiencia de Hall, sumada a su conocimiento técnico en materia electoral, puede ser un aporte clave para el desarrollo de unas elecciones democráticas y transparentes el próximo 30 de noviembre.

No obstante, Lobo subrayó que la responsabilidad no recae exclusivamente en quien preside el órgano, sino que es compartida por todos los miembros del pleno. “Aunque la presidencia cumple funciones importantes para el cumplimiento del calendario electoral, al final es el cuerpo colegiado en su conjunto el que tiene la responsabilidad institucional”, puntualizó.

CNE avanza en organización del proceso, pero enfrenta retos de confianza y observación

Por su parte, el consejero electoral Marlon Ochoa, representante del partido Libertad y Refundación (Libre), destacó que uno de los principales desafíos que enfrentará la nueva presidenta del CNE, Ana Paola Hall, será restaurar la confianza ciudadana en la institucionalidad electoral.

En declaraciones brindadas a medios de comunicación, Ochoa manifestó que la nueva administración del órgano tiene la responsabilidad de fortalecer la credibilidad del CNE ante la población hondureña y garantizar un proceso legítimo. “Vamos a vencer las conspiraciones que buscan impedir unas elecciones transparentes. Garantizaremos al pueblo los resultados por los que voten”, manifestó el consejero.

Mientras tanto, el CNE continúa avanzando en la organización del proceso electoral. Entre las acciones más recientes figura la aprobación del reglamento de observación electoral, así como el inicio del proceso de acreditación de organismos supervisores.

Hasta la fecha, 29 organizaciones nacionales e internacionales han sido registradas oficialmente para observar el desarrollo de las elecciones generales del próximo 30 de noviembre. Esta medida busca fortalecer los mecanismos de transparencia y legitimidad en el proceso.

Sin embargo, sectores que hacen veeduría social en Honduras han expresado reservas sobre la imparcialidad y la verdadera capacidad de acción de algunas de las entidades acreditadas. Esta situación ha generado llamados a mantener una vigilancia constante sobre el rol de los observadores y garantizar que su participación contribuya efectivamente a la transparencia del evento electoral.