En noviembre próximo son las elecciones generales de Estados Unidos, donde figuran como precandidatos por el Partido Republicano el ex Presidente Donald Trump y por el Partido Demócrata el actual Presidente Joe Biden, quien anunció su aspiración de reelegirse por un segundo mandato. En este proceso también existen otros contendientes de cada estructura, quienes deberán presentarse a los caucus (para los estados donde aplica), las primarias y convenciones que cada partido desarrolla hasta llegar a los comicios generales.
En el caso de Donald Trump quien aspira a un segundo mandato, en su primer periodo desde 2017 hasta 2021 fue abiertamente un mandatario que promovió una de las políticas migratorias más feroces para quienes estaban dentro y fuera del territorio. Bajo su gobernación se aprobaron dos de los programas contra migrantes más cuestionados en la historia moderna de EE.UU siendo el Título 42 y el Migrant Protection Protocols o mejor conocido como “Quédate de México” bajo los cuales se deportaron y rechazaron a millones de migrantes hacia terceros países y sus países de origen.
En contraposición, el partido demócrata promulga una política migratoria más abierta, aunque no dejan de cuestionarse algunos programas y reformas a leyes federales en contra de grupos migrantes. Bajo la presidencia de Joe Biden (el actual mandatario) se dio continuidad a la política migratoria de Donald Trump con el MPP (Quédate en México) y el título 42 que se extendió hasta mayo de 2023, así mismo bajo su mandato se aprobó en enero 2023 el parole humanitario para ciudadanos de Nicaragua, Cuba, Haití, en el caso de venezolanos entró en vigencia un poco antes.
El tema de la migración en el debate de las primarias
En las primarias del partido republicano Donald Trump -quien es abiertamente un político xenófobo- ya dio pautas para sus bases, inclinándose a la política de mano dura contra la migración, prometiendo agilizar deportaciones, perseguir migrantes en situación irregular y retirar programas de apoyo. De ganar estas elecciones estaría en peligro la continuidad del Parole Humanitario, que en solo un año de vigencia ha beneficiado a unas 300.000 personas de Nicaragua, Cuba, Haití y Venezuela.
En el caso del demócrata Joe Biden, aun no habla de su propuestas como aspirante frente al tema de la migración, pero es posible que para ganar apoyo endurezca su posición frente a la recepción de migrantes y esto calza con el proyecto de ley que se discute en el Senado, la propuesta contempla destinar 118.000 mil millones de dólares para endurecer distintas líneas de la política migratoria del Gobierno del presidente Joe Biden en lo que queda de su mandato.
La ultraderecha que avanza contra la comunidad migrante
En medio de las disputas presidenciales un grupo de personas se han organizado para llegar hasta la frontera con México por el estado de Texas y “protegerse” contra lo que denominan una “invasión de migrantes” se les conoce como “Ejército de Dios” y se organizan con el título de Take Back Our Border, su principal argumento es que las personas migrantes son “gente mala” “que les quitan sus empleos” y por ello deben evitar su ingreso al país mediante discursos y acciones de violencia.
El grupo se organiza por las tensiones en torno a la frontera entre Estados Unidos y México, estas aumentaron cuando la Corte Suprema de EE.UU. anuló una orden de un tribunal inferior y favoreció a la administración del presidente Joe Biden para determinar que los agentes de la Patrulla Fronteriza podían retirar el alambre de púas instalado por la Guardia Nacional de Texas y las tropas estatales.
El gobernador Greg Abbott desobedeció la sentencia mientras la Guardia y las tropas correspondientes seguían usando el alambre en el Parque Shelby, a orillas del Río Bravo, en Eagle Pass. El Partido Republicano respaldo a Abbott, quien declaró el 24 de enero, el derecho del Estado a “defenderse y protegerse” contra una “invasión” de inmigrantes “es la ley suprema del país y prevalece sobre cualquier ley federal que disponga lo contrario”.
Frente a este panorama de lo que ocurre en Estados Unidos y sus próximas elecciones, en el medio se encuentran las personas migrantes que tienen mucho que perder si el supremacismo blanco y la xenofobia llegan nuevamente a la Presidencia. Son los grupos migrantes el enganche que utilizan estos políticos para llegar al poder, ganar votos y seguir fomentando acciones de rechazo que no miden consecuencias y que reproducen discursos de odio en nombre de lo que mal denominan “defensa del territorio” y no es más que supremacismo blanco.