Desde el Darién hasta la Selva Maya: Centroamérica lucha contra el despojo ambiental

Maldito País

mayo 22, 2024

Este 22 de mayo, Día de la Diversidad Biológica, te compartimos nuestro editorial sobre el estado actual de la defensa del medioambiente en la región centroamericana

Un tejido vivo y diverso mantiene latiendo el corazón de América. Organismos únicos se desplazan desde El Darién hasta la selva Maya. Sus guardianes y guardianas, pueblos en resistencia por la vida, se mantienen firmes defendiendo el territorio de los megaproyectos, el despojo y la destrucción que llega a sus comunidades en nombre del desarrollo. La Diversidad Biológica sustenta el bienestar humano en el presente y en el futuro, y su rápido declive amenaza a la naturaleza y a las personas por igual.

 La diversidad biológica es la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos existentes, incluyendo las diferencias genéticas dentro de cada especie -por ejemplo, entre las variedades de cultivos y las razas de ganado-, así como la variedad de ecosistemas (lagos, bosques, desiertos, campos agrarios) que albergan múltiples interacciones entre sus miembros (humanos, plantas, animales) y su entorno (agua, aire, suelo). Centroamérica tiene el 12% de la diversidad biológica del planeta. 

El estudio “Estado de aprovechamiento y conservación de la Biodiversidad en países de Centroamérica”, de la Asociación Centroamericana Centro Humboldt, indica que la región ha perdido 52% de su biodiversidad original, un 34% de su suelo, entre el 2004 y 2014 ha pasado de 426 a 872 las especies amenazadas, entre el 2000 y 2012 ha disminuido su cobertura forestal. Hay una limitada gestión para el monitoreo y control de la biodiversidad y una fuerte presión sobre el medio ambiente, generada por la estructura social de la tenencia de la tierra, el crecimiento de la población, de las desigualdades, las migraciones y la pobreza.

El llamado de Naciones Unidas para este 2024 es “Se parte del Plan”, haciendo alusión a la adopción del Marco Mundial Kumming-Montreal que establece metas y medidas concretas para detener y revertir la pérdida de la naturaleza de aquí a 2050, como restaurar al menos el 30% de los ecosistemas terrestres, costeros, marinos y de aguas continentales; acercar a cero la pérdida de superficies de suma importancia para la biodiversidad; y movilizar fondos para la conservación de la biodiversidad, entre otros. Pero, en Centroamérica ¿cuál es el plan?

La conflictividad socioambiental, la militarización y las manifestaciones de violencia en zonas de proyectos extractivos, han ubicado a Honduras como el más peligroso para las personas que defienden los territorios y los bienes comunes. Pese a la victoria popular del cierre de la mina más grande de la región, Panamá se mantiene en Estado de emergencia ambiental y reclaman por la venta de hectáreas de la selva del Darién.

El régimen de Daniel Ortega ha entregado al sector privado y multinacional gran parte de Nicaragua, con concesiones mineras y de monocultivos, poniendo en peligro a las comunidades y bienes comunes valiosos como la Reserva Biológica Indio Maíz y la Reserva de la Biósfera Bosawas. Por su parte, Guatemala tiene un total de 309 licencias mineras otorgadas, proyectos ponen en peligro a uno de los países con mayor diversidad biológica del planeta. Y en El Salvador, 4 millones de personas están en peligro de vivir sin agua debido a las amenazas al río Lempa, que está rodeado por proyectos mineros que amenazan su calidad de agua y biodiversidad, siendo las mujeres las principales impactadas por la falta y contaminación del agua. Esto, frente a un régimen que da la espalda al medio ambiente del país y que prioriza la entrega del territorio para megaproyectos. 

Las luchas de las comunidades, colectivos, mujeres y pueblos indígenas en la región son cruciales para la protección y preservación de la diversidad biológica de la región. Si bien algunos de los países cuentan con políticas y leyes de protección de la biodiversidad, es la cosmovisión de los pueblos la que preserva la vida de la naturaleza y sus guardianes.