El régimen de Daniel Ortega en las últimas semanas ha cerrado al menos siete consulados en países con alta demanda de migrantes nicaragüenses: Estados Unidos, México, Guatemala, Alemania e Inglaterra. Detrás de estas decisiones no existe ninguna respuesta oficial que explique las razones para dejar a miles de nicaragüenses en la desprotección.
Al mismo tiempo que se clausuran las sedes diplomáticas en estos países, el régimen abre otros consulados en Asia, particularmente en Corea del Norte y por otro lado en países africanos como Zimbabwe, Angola y Burkina Faso, donde la población nicaragüense no representa un gran porcentaje. Mientras que el cierre de consulados en Guatemala, México y Estados Unidos genera graves afectaciones a la población migrante con alta demanda de los trámites ofrecidos por estas instancias diplomáticas, al ser los principales países de tránsito y destino de la población nicaragüense.
Las funciones de los consulados están establecidas por la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963, ratificada por Nicaragua el 31 de octubre de 1975. Con el cierre de estas oficinas la población nicaragüense será la más afectada, al quedar en la desprotección y sin poder realizar sus trámites que forman parte de una serie de obligaciones internacionales que Nicaragua tiene.
En 2022 se emitieron 70.000 pasaportes en Estados Unidos, según las propias estadísticas del régimen Ortega-Murillo
Los consulados son una instancia de apoyo clave y mucho más cuando se es un país expulsor de migrantes. En el caso de Nicaragua el porcentaje de población migrante desde la crisis de 2018 llegó al 11.34% de desplazados, esto según datos recabados por el Colectivo de Derechos Humanos Nunca Más. La función de los consulados se basa en brindar atención y asistencia en el exterior a sus connacionales, ya sean personas naturales o jurídicas: desde estas instancias se emiten pasaportes y documentos de viaje, otros documentos de identificación -como actas de nacimiento o de otra índole-, ejercen visados para ciudadanos de otros países que requieran de este trámite de ingreso a Nicaragua, velan por los intereses de menores de edad, entre otras gestiones que van en dependencia de la circunscripción.
Particularmente los consulados en México y Estados Unidos tienen funciones relevantes con la repatriación de nacionales que han fallecido en el exterior, se encuentran en situación de desaparición forzada o han sido detenidos en situación migratoria irregular. Es mediante estas instancias que las familias pueden dar con el paradero de sus familiares en centros de detención migratoria, como suele suceder en México. Las autoridades mexicanas están obligadas a darle esta información al consulado y los familiares pueden comunicarse para saber dónde se encuentra la persona detenida, dar seguimiento al caso, incluso realizar gestiones de denuncias vía consulado por desapariciones forzadas.
Actualmente en Estados Unidos están funcionando únicamente los Consulados de Nueva York, Miami y Washington. En el caso de México, solo en ciudad capital. Al concentrarse en estas ciudades la población nicaragüense que requiera de realizar cualquier gestión tendrá que dirigirse hasta donde se ubique el más cercano o el único consulado. En los otros países donde se cerraron y únicamente existía una oficina, la población afectada no podrá realizar sus gestiones y tendrá que buscar otras alternativas; como viajar a Nicaragua o a la sede más cercana en otros país.
Con estos cierres Nicaragua vuelve a incumplir tratados internacionales y violenta el derecho de sus nacionales a recibir la asistencia requerida por estas oficinas en el exterior, si la situación ya era difícil desde 2018 las repercusiones de estas decisiones conducen a mayor incertidumbre y vulneraciones para la comunidad migrante nicaragüense en el exterior.