Históricamente cuando sucede una crisis el pueblo nunca se queda con las manos cruzadas para esperar que las ONG o el Estado reaccionen, en cambio, se organizan e intervienen directamente para resolver sus problemas. A este fenómeno y estrategia le llamamos «apoyo mutuo» y lo notamos inmediatamente después de catástrofes, como pasó en Nicaragua con la respuesta a la devastación del huracán IOTA para movilizar acopio y recaudar fondos 1, o para responder a la pandemia cuando se organizaron canales autogestionados para transmitir información2, o de manera más obvia, durante la insurrección cívica de Abril, cuando movilizamos acopios, medicina, grupos de afinidad, jornadas de limpieza, plantones culturales y más, todo en nombre del apoyo mutuo, la solidaridad y la comunidad.
Estas capacidades para organizarse, movilizarse y autogestionar no deben de ser subestimadas. En primer lugar, porque vivimos en una constante situación de emergencia, devastaciones ecológicas, femicidios, crisis económica y pandemia global y es importante aprender a cómo sobrevivir y al mismo tiempo construir poder popular. Pero en segundo lugar, es importante pensar estas capacidades dentro del contexto nicaragüense que debe maniobrar el apoyo entre la burocracia de las ONG y el monopolio del Estado . Un contexto local en donde el gobierno orteguista criminaliza la solidaridad3, donde las ONG retroceden por falta de estabilidad política4, y donde se ve con sospecha la cooperación financiera internacional5. Es en medio de este contexto donde el pueblo siempre demuestra su capacidad de responder, construir y proveer cuando ni el Estado ni las ONG lo hacen.
Apoyo mutuo como categoría política
El apoyo mutuo como concepto y estrategia surge del biólogo Peter Kropotkin, que, al estudiar una diversidad de animales, identificó la naturaleza cooperativa que existe entre distintas especies. En 1902 publicó sus investigaciones bajo el nombre de Apoyo mutuo: un factor en la evolución en contra de la cristalizada ideología de la «sobrevivencia del más fuerte» de Charles Darwin y los darwinistas sociales.
Por ejemplo, para los «darwinistas sociales» que economizan las teorías de la evolución darwiniana, la pobreza es una condición inevitable de los «débiles» que no pueden competir contra los «fuertes». Esta mentalidad social se ha solidificado en expresiones culturales como el machismo y en ideologías económicas como el neoliberalismo. Esta posición beneficia a las elites políticas y económicas porque presenta una justificación pseudo-científica de las jerarquías sociales y el colonialismo. Es en este contexto que las teorías de Kropotkin logran establecer una revolucionaria perspectiva al comportamiento natural que contradice las normalizada idea social de la competencia y la fuerza bruta.
Kropotkin afirmó que las especies que colaboran y construyen relaciones simbióticas tienen más oportunidad para adaptarse a su medio ambiente y así sobrevivir a diferencia de las especies que compiten (5) Así, entran en conflicto con el mundo natural jerárquico y egoísta de Charles Darwin. Medio siglo después se han comprobado biológicamente las posturas de Kropotkin, bajo la llamada corriente científica de la «Sociobiología», o al nivel celular con la “Endosimbiosis”.
El apoyo mutuo entre humanos lo notamos por todos lados. Es una manera de solidarizarse sin la necesidad de la mediación de una entidad institucional o gubernamental. En pocas palabras, el apoyo mutuo es una forma de «acción directa», una acción colectiva que directamente interviene para resolver un problema. Este concepto ha sido adoptado por un sinnúmero de movimientos sociales y posturas políticas, que enfatizan la creativa capacidad del pueblo de responder, proponer y resolver un determinado problema social. El apoyo mutuo opera bajo la visión de que los seres humanos son personas que resuelven problemas de manera colaborativa sin la necesidad de un incentivo económico.
El apoyo mutuo como estrategia política ha sido central en el bienestar de las comunidades. Puede tomar formas sencillas como el cuido de niñxs entre vecinos mientras una familia trabaja, ofrecer viajes compartidos, prestar herramientas, ayudar a recolectar basura, o hasta formas más sofisticadas como los programas de salud y alimentos de las Panteras Negras, bancos de tiempo, intercambio de libros autogestionados, huertos comunitarios, o la iniciativa internacional Food Not Bombs, programas de colaboración «open source», asociaciones para apoyar a presos políticos, o esfuerzos de ayuda inmediata después de terremotos como vimos en México, Nepal, Chile.6 Todos operando de manera autogestionada sin la necesidad de una institución gobernante para legitimar estos intercambios solidarios. Pero me parece importante recordar que el apoyo mutuo no es el nombre de un fenómeno contemporáneo, muchísimas comunidades indígenas han practicado esta distinta manera de relacionarse y constituir una comunidad. Las comunas de Oaxaca son un ejemplo cercano, de las cuales se han investigado abundantemente por su resistencia y creatividad comunal.7
Codependencia y asistencialismo en las ONG
En la historia reciente de Nicaragua, en los 90 , el país adoptó medidas neoliberales que activamente confinaban la intervención del Estado, y con él, sus programas públicos, para supuestamente dar paso a servicios privados que atienden a la población. Pero, en un país sufriendo de pobreza extrema, fue más bien las ONG quienes llenaron este vacío estatal. En los últimos 20 años, han operado cientos de ONG en toda la región nicaragüense y todxs hemos – al menos indirectamente- colaborado o participado en alguna de estas iniciativas.
Las ONG tienen distintas formas y prioridades pero son caracterizadas por sus dinámicas internas. El abogado Dean Spade, a través de su trabajo investigando el “complejo industrial de los sin fines de lucro” ha expuesto algunas características: toma de decisiones de manera vertical, mentalidad servicial, se rinden cuentas a los donantes extranjeros, operan bajo el marco legal supervisado por el Estado, imponen criterios de «legibilidad» para los beneficiados, emplean análisis superficiales de la opresión y la pobreza, tradicionalmente evalúan su trabajo en base a la opiniones de los expertos económicos y compiten contra otras ONG en lugar de complementar sus trabajos.
Entonces, es fundamental criticar específicamente qué tipo de ideología se está perpetuando. Las ONG no se aproximan críticamente de los problemas sociales, más bien perpetúan dinámicas de competencia, clientelismo y financiarización de la realidad social. Muchos activistas que han notado estas dinámicas tóxicas las han nombrado como el «complejo-industrial-de-los-sin-fines-de-lucro». Este complejo involucra entender qué posición juegan las ONG dentro de las prioridades del neoliberalismo y la globalización , como una entidad que no apunta hacia la creación de comunidades autónomas y sostenibles, pero más bien construye codepedencia con la financiarización y ayuda extranjera. Otros activistas también han denunciado la mentalidad de la «caridad»,donde instituciones millonarias donan dinero para limpiar su propia imagen y para obtener exoneraciones de impuestos. Aquí recalcamos la similitud fundacional entre cómo operan y se estructuran las ONG y los Partidos Políticos, como las instituciones sociales más comunes en el terreno político.
Es importante reconocer que las ONG han tenido un impacto en cómo imaginamos nuestras propuestas políticas culturales y sociales. Sus dinámicas de poder internas las reproducimos como un “estándar” de legitimidad para construir organizaciones y alternativas. Este “estándar” se ve claramente en lxs “líderes” veteranos que han tomado posiciones de poder, por el cual a través de su trabajo con ONG han logrado promover su propia carrera política y al mismo tiempo cancelar o cooptar liderazgos políticos orgánicos y jóvenes.
Autogestión y sostenibilidad
El apoyo mutuo, en cambio, es una propuesta totalmente opuesta a la burocratización y jerarquización promovida por la empresa privada, el Estado y las ONG . El apoyo mutuo no es ni asistencialismo, ni emprendedurismo, ni partidismo. Opera bajo distintas coordenadas: le rinde cuentas al pueblo mismo y no a los donantes, se apoya en el poder popular y comunal de un territorio y no a los “expertos extranjeros”. Ofrece servicios, materiales, ayuda y apoyo sin ninguna expectativa o intercambio económico, practica la transparencia y la responsabilidad grupal, en vez de centralizar la toma de decisiones o jerarquizar el poder. En muchas de este tipo de organizaciones que emergen orgánicamente la distribución del trabajo, opera como espacio de aprendizaje donde activistas que se están introduciendo al cambio social logran explorar diferentes roles y aprender sobre diferentes trabajos y funciones. Es a través de estos esfuerzos donde muchas personas “apolíticas” se enamoran del trabajo por el cambio social, al pertenecer en un espacio en donde su voz es escuchada y reconocida como válida e importante, en vez de simplemente recibir órdenes “desde arriba” y completar tareas alienantes.
El apoyo mutuo es una política prefigurativa, lo que significa que instala en sus dinámicas estructurales e internas el tipo de sociedad que quiere proponer. Es importante reconocer que el movimiento feminista lleva docenas de años argumentando esto; de que de nada sirve replicar las lógicas del patriarcado dentro de la organización que está intentado abolirlo. Entonces, en Nicaragua el apoyo mutuo surge cuando tomamos en serio nuestra crítica al orteguismo y la materializamos en prácticas sociales y organizacionales, para así trascender la lógica empresarial y reaccionar colectivamente. El apoyo mutuo no solo opera como una crítica a las ONG pero también se presenta como una amenaza al Estado. El Estado le tiene miedo al apoyo mutuo, porque busca monopolizar, controlar e institucionalizar la solidaridad. Para el Estado, las crisis son una manera de centralizar una solución y así mantener una óptica única de apoyo y de bienestar. El Estado interviene para justificar su propia presencia y para expandir su vigilancia sobre los pueblos. Pero de manera más profunda, el Estado activamente interviene para cooptar redes de solidaridad , tomar crédito en las soluciones locales, y al mismo tiempo criminalizar la solidaridad para así mantener la hegemonía del apoyo.
Todas las características del apoyo mutuo apuntan a la construcción de organizaciones honestamente radicales que se responsabilicen con las comunidades. No aceptan ningún liderazgo tóxico u oportunista, delegan prioridades de manera consensuada y son sensibles a las necesidades del grupo, ya que deciden que el camino en sí , y los medios para promover el cambio, son igual de importantes que el destino o los fines adonde apuntamos. No se puede construir una “Nueva Nicaragua ” perpetuando las mismas lógicas caudillistas, empresariales y autoritarias en nombre del progreso, la paz y la justicia social.
La utopía emerge cuando nuestra necesidad pura de sobrevivir logra construir una nueva realidad. El gran reto del apoyo mutuo y de nuestra sociedad es la de crear infraestructuras sostenibles y autogestionadas que logren construir a largo plazo y no solamente reaccionar a corto plazo hacia las crisis políticas y ambientales. Tomar seriamente este reto involucra repensar cómo se constituyen nuestras comunidades, imaginar un mundo donde el pueblo mismo tenga control sobre sus instituciones de apoyo e implementar literalmente nuestro lema Solo el pueblo, Salva al pueblo.
Referencias
[1] Solidaridad Nicaragua La Costa No Esta Sola https://www.instagram.com/solidaridadnica/
[2] Observatorio Ciudadano COVID19 https://t.me/observatorioni
[3] Fabian Medina Sanche, “Solidaridad prohibida: cómo el régimen de Daniel Ortega bloqueó las campañas de ayuda para los damnificados por el huracán Eta”, Infobae, 2020
https://www.infobae.com/america/america-latina/2020/11/15/solidaridad-prohibida-como-el-regimen-de-daniel-ortega-bloqueo-las-campanas-de-ayuda-para-los-damnificados-por-el-huracan-eta/
[4] “ONG sueca se retira de Nicaragua debido a ley de regulación”, Infobae, 2020. https://www.infobae.com/america/agencias/2020/12/13/ong-sueca-se-retira-de-nicaragua-debido-a-ley-de-regulacion/
[5] Ismael Lopez, “Gobierno de Nicaragua veta a principales ONG críticas a administración de Ortega”, Reuters, 2018
[6] Ana Gabriela Rojas, “La solidaridad tras el terremoto en México: «Las lágrimas se me salían sin parar al ver tanta ayuda y oír a la gente cantar», BBC Mundo, 2017
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-41338737
[7] Elena Nava Morales, La Comunalidad Oaxaqueña: Lucha y Pensamiento Indígena
https://books.openedition.org/ariadnaediciones/1770?lang=en