Maldecir es parte de imaginar que las cosas pueden y deben ser de otra manera

One Battle After Another, la utópica guerra del presente 

Maldito País

octubre 10, 2025

En esta película, Paul Thomas Anderson construye una fábula feroz sobre el Estados Unidos contemporáneo: un país consumido por el racismo, la propaganda y la nostalgia autoritaria. Con ironía y ritmo hipnótico, el director transforma la lucha antifascista en una pesadilla que se parece demasiado al presente.

La recién estrenada película One Battle After Another es el sueño del director Paul Thomas Anderson sobre la batalla antifascista en Estados Unidos. Está siendo presentada en los cines en un momento particular, quizá dejando caer una burbuja donde se encierra un vaticinio esquemático de la contemporaneidad. 

En el filme se conjugan diversos paradigmas civilizatorios resquebrajándose y las complejidades que estos procuran: los campos de migrantes detenidos, la campaña por purificar la raza blanca, el discurso homogeneizador; y, frente a esto, la resistencia llena de rabia. Nos recuerda la patada del futbolista francés Eric Cantona, el 25 de enero de 1995, en la que, en pleno partido del Manchester United, se lanzó contra un aficionado, quien le había espetado insultos xenófobos. Era cercano a grupos neonazis y, tiempo atrás, estuvo cerca de matar a un inmigrante. “Patear a un fascista no se saborea todos los días”, explicó Cantona 1. 

Una gran virtud de Paul Thomas Anderson es que logra un tono elegante con ironía en el cual, a pesar de estar observando en la pantalla los problemas más desgastantes de la humanidad, logra mantener la risa durante las casi tres horas del filme. El director tampoco olvida la contradicción necesaria, lo que evita que sea un exclusivo grito de guerra. “Viva la Revolución”, exclama en una escena Leonardo Di Caprio; pero esta revolución no viene exenta de dificultades, pugnas, traiciones, disparates egoicos y abandono.

El elenco es de primer nivel; además de Di Caprio, Bob Ferguson, observamos a su camarada, El Sensei Sergio St. Carlos, Benicio del Toro, y del otro lado del ring, a Sean Penn, encarnando al coronel Steven J. Lockjaw, quien recuerda al nazi políglota de Inglourious Basterds solo que más seco, a la “americana”, totalmente erguido en un rol de combate sin reservas aunque no libre de sus propios disfraces. 

Es un espacio onírico, una pesadilla, que se siente demasiado cerca y que va calentando la casa como un horno que no se puede apagar.  Este año, en California, se desató una resistencia elocuente que pretendía frenar a los vasallos de la Guardia Nacional que quieren extirpar el germen latino, sembrando un estado de guerra que se ha extendido a Washington D.C. y a Chicago. El derecho a expresarse nunca había estado tan golpeado: la autocensura es ahora normal en el país de la Estatua de la Libertad. Quien critique las políticas genocidas de Gaza, si no tiene “green card”, puede irse mucho a la mierda. 

One Battle After Another reivindica también la fuerza femenina con personajes como Wella Ferguson, la adolescente hija de Bob, interpretada por Chase Infiniti. Ella hereda las secuelas de una vida clandestina y también hereda la fuerza e intrepidez de su madre Perfidia Beverly Hills, Teyana Taylor, quien posee un alma libre, absoluta e imparable, lo que es su principal cielo y su peor infierno. Perfidia se mece derrochando poder desde todas las esquinas y no puede sino buscar la conversión total del trasnochado capitalismo. 

Finalmente, no pretendo spoilear la película pero sí advertir que es una historia de amor que expone cómo todo amor es posible y a la vez negado; ya sea de pareja, las revoluciones utópicas o las paternidades. 

Notas

1. Ver: https://es-us.noticias.yahoo.com/deportes/patada-cantona-30-años-110031838.html