Una desaparecida es una herida abierta siempre: en las familias, en la sociedad, en la nación. No tiene cuerpo, no tiene túmulo, no tiene tumba donde dejar una flor, orar, hacer algún ritual. Está en cada lugar que habitó y en la memoria de quienes le aman. 

Por lo mismo, decidí trazar una ruta sobre la vida de Roque Dalton, para marcar los sitios de la memoria de su trayectoria de vida, personal e intelectual. Los sitios de la memoria son un concepto y una metodología de Pierre Nora que han sido aplicados más allá de Francia y han sido usados en diversos trabajos académicos de América Latina. Lo he leído en tantos papers, ya casi como un lugar común. Me parecía que, se iba volviendo un espacio vaciado, vacío, que se podía llenar de otras texturas, partiendo de otros caminos para llegar a ese lugar, a esos sitios que nos congregan, nos identifican, amamos o nos duelen. En cada estación, colocamos “placas falsas” con la información histórica de ese sitio de memoria daltoniana y con el poema.