Los ojos sin nombre

Parten de la arquitectura del olvido

Eso somos 

Los vástagos centroamericanos

Hermanados en esa mierda profunda

Cuchilleros hambrientos

Conducidos por gusanos perfectos con un pin en la solapa 

Moralizamos en los sepulcros

Cuando apelamos al tiempo

Para mutilar las páginas

Y narrar otra ficción

Más amable y sin dientes 

Obviando las semillas

Deliberadamente desahuciadas

En el fondo de las placas tectónicas 

Esas semillas ya no existen

Son una cifra estática

Una cruz en un pueblo

Pérdido en las montañas