Triunfo y fracaso de la revolución sandinista
Maldito País
julio 19, 2024
¡Nicaragua sin Guardia Nacional, veo el nuevo día!
Una tierra sin terror. Sin tiranía dinástica.
Ernesto Cardenal
Hablar de la revolución en el año 2024 es como intentar armar un rompecabezas con piezas faltantes. A estas alturas, todos hemos oído algún relato sobre lo ocurrido en 1979. Para bien o para mal, crecimos con las historias heroicas o los reproches de quienes vivieron aquellos tiempos de cerca. Este año se cumple el 45 aniversario de un triunfo popular que fue traicionado y secuestrado por individuos que, hasta el día de hoy, continúan usurpando la memoria de aquellos que lucharon por una Nicaragua libre de dictaduras.
Lo primero que debemos comprender es que la caída de los Somoza no fue un proceso instantáneo. Muchos eventos históricos tuvieron que pasar para que la población entera se fuera sumando de a poco: el asesinato del joven Julio Buitrago en 1969, que fue televisiado por órdenes de Somoza y gracias a eso toda una generación se comnovió al ver con sus propios ojos el alcance de la represión. También la destrucción de Managua en 1972 y la manera en la que la familia Somoza aprovechó la catástrofe para profundizar su poder, perpetuando un modelo de saqueo y robo desde el Estado. En esa misma línea, podemos recordar el asesinato de Pedro Joaquín Chamorro -director de La Prensa y uno de los opostiores más vocales a la dictadura- en el año 1978, lo que desató una ola de indignación en el país. Durante días, las calles se llenaron de manifestantes que, en un acto sin precedentes, exigieron el fin del régimen de los Somoza.
Cuando el 17 de julio de 1979, a las 5:15 de la madrugada, el dictador Anastasio Somoza Debayle huyó de Nicaragua en un avión 727 de la compañía LaNica, llevando consigo los féretros de su padre y su hermano, también dictadores del país, nadie podía prever el futuro de la nación, ni siquiera los sandinistas. En apenas 48 horas, se desmoronó el plan acordado entre el gobierno de Jimmy Carter y la OEA para evitar la disolución de la Guardia Nacional tras la partida de Somoza. Antes de irse, Somoza dejó a Francisco Urcuyo como encargado, un presidente que solo duró dos días en el cargo. Urcuyo debía transferir el poder a la Junta de Gobierno, pero una vez que asumió, decidió emitir un decreto prolongando su mandato hasta mayo de 1981. En ese momento, Jimmy Carter, la comunidad internacional y todos los actores de la Gran Unidad Nacional reaccionaron con asombro e incredulidad.
La ruptura de los compromisos adquiridos precipitó la caída del régimen. La Guardia Nacional se desbandó, y fue entonces cuando el Frente Sandinista se proclamó vencedor de mil batallas. Lo que se esperaba que fuera una transición ordenada terminó siendo un movimiento más radical de lo anticipado. La historia de lo que sucedió en esos primeros años tras el triunfo, y el poco tiempo que duró la tan ansiada unidad nacional, son cosas que marcaron nuestra historia hasta el día de hoy.
Se cumplen 45 años desde aquel día de 1979, cuando la revolución triunfó, pero también comenzó a fracasar desde el primer instante. Las luchas de todo un pueblo, agrupado en diversos sectores de oposición, fueron traicionadas. Ahora vemos cómo los sandinistas se han apropiado de la historia; este día, con sus consignas y colores, parece pertenecer solo a ellos. Sin embargo, sabemos que hay miles de historias de personas que lucharon y hasta ofrecieron su vida por combatir a un régimen dictatorial. Este día también es para todos aquellos y aquellas que soñaron con una Nicaragua libre.