El régimen ha debido recurrir al sicariato transnacional porque ni la censura dentro del país, ni la cárcel, ni el despojo de la nacionalidad han sido suficientes para ganar legitimidad de la que carecen frente a los nicaragüenses y el mundo entero.
Desde el exilio, reflexiono sobre cómo el espacio virtual se ha vuelto un campo de batalla por la verdad y la dignidad. Las redes no sustituyen el debate presencial, pero lo amplifican.
Hoy y después de tres décadas, una nueva generación, la nacida en democracia, atraviesa la misma encrucijada que la UNO, enfrentando al mismo partido político con Daniel Ortega a la cabeza como eterno candidato del FSLN.
A lo largo de estos 7 años la dictadura ha intentado, de forma sistemática, acabar con la empatía de un pueblo al bombardearlo con abusos, privaciones y violencia.
Si algo nos ha enseñado la historia es que cuando inician las derivas autoritarias los límites de lo que una sociedad puede tolerar se expanden hasta niveles insospechados. El 18 de mayo de 2025, la dictadura de Bukele estableció un nuevo hito en los límites que está dispuesto a cruzar. La Fiscalía General detuvo a Ruth López, defensora de derechos humanos y encargada de la unidad anticorrupción en Cristosal, una organización que ha sido clave para denunciar los abusos cometidos durante el Régimen de Excepción.
Este mega proyecto que contempla empresas mineras, una procesadora de óxido de hierro y otras más que explotan los recursos naturales de la zona, ha operado, de acuerdo a denuncias de organizaciones defensoras de los bienes comunes, sin licencia ambiental.
En un país sometido al yugo de una familia enloquecida por el poder, no debemos olvidar que quienes salgan a marchar este primero de mayo no serán trabajadores para la dictadura, mucho menos personas, serán simplemente prisioneros de un territorio que se ha convertido en una cárcel.
48 cantones es parte de esos gobiernos y autoridades indígenas comunales que existen antes de la creación del Estado Nación y pese a todos los intentos de violencia, despojo y racismo estructural han logrado permanecer en medio de los intentos por sabotear, cooptar y desaparecerlos.
Nicaragua. Abril. 2018. Un estallido social sin precedentes. Rabia, organización, solidaridad. Crímenes de lesa humanidad. Más de 350 personas asesinadas. Más de 800 mil exiliadas. Incontables vidas destruídas, muchas más lágrimas derramadas y otras que todavía no han podido llorarse. De eso va esta reflexión, para contribuir a lo que Judith Butler llama “un imaginario político de una igualdad radical de la duelidad”. Columna originalmente publicada en La Digna Rabia
Si no hubiera sido abril, el país hubiera estallado en cualquier otro mes porque el espíritu de la rebeldía que floreció en ese entonces fue gestándose poco a poco y de forma ineludible durante años.