La Corte de Constitucionalidad debe frenar el golpe de Estado en Guatemala

Maldito País

septiembre 13, 2023

Guatemala vive una pugna por parir un nuevo país. Sorpresivamente Bernardo Arévalo es el presidente electo, ajeno a las redes de corrupción y heredero de una tradición democrática, con un partido pequeño y limpio, Movimiento Semilla, personas sin tachas, hijo del mejor presidente que ha tenido Guatemala. Esto es una amenaza vital para el crimen organizado que controla el Estado desde el final del conflicto armado interno y si bien no están dando un “cuartelazo” como en los viejos tiempos, sí están activando al Ministerio Público, al mando de Consuelo Porras, quien utiliza la institución como un arma de guerra. 

Las ilegalidades son notorias y abundantes; la más burda fue que por medio de la resolución del juez Freddy Orellana ordenó la suspensión del partido Movimiento Semilla a través de una medida precautoria. Es una situación inédita pues este juez se inmiscuye en la competencia electoral para decidir sobre la existencia de un partido. Eso quiere decir que a partir de ahora cualquier juez por cualquier motivo puede decidir el destino de un partido político sin haberse agotado el procedimiento que la misma ley electoral define. Mis amigos nicaragüenses conocen que este tipo de argucias legales son comunes en la justicia de Daniel Ortega. 

Otra ilegalidad se cometió burdamente el 12 de septiembre cuando el Ministerio Público allanó instalaciones donde opera el Tribunal Supremo Electoral y abrió cajas donde se encuentran embaladas las boletas con los votos de las jornadas electorales. La misma ley electoral en el artículo 243 establece que solamente el Tribunal Supremo Electoral está a cargo de la verificación y documentación electoral. El fiscal Rafael Curruchiche dijo que lo hizo basado en una denuncia de “un ciudadano” que estaba cuestionando la deuda política, que es el monto que se le paga a cada partido por los votos conseguidos. Imagínense que a cualquier persona se le ocurra presentar una denuncia y eso sea suficiente para ir a traerse cajas con los votos y revisarlos. ¿Qué indicios de comisiones de delitos existen? 

Además, es mentira que se diga que “todas las denuncias” son investigadas pues el mismo Movimiento Semilla denunció al fiscal Curruchiche hace meses y nunca prosperó. Las organizaciones de la sociedad civil han denunciado a funcionarios del actual gobierno y del gobierno anterior por actos de corrupción y por desobedecer resoluciones de las cortes y nunca se presentaron avances de las diligencias. Dijo Curruchiche, además, que esta investigación no era contra Semilla pero luego se publicó que el juez Orellana utilizó para este allanamiento el mismo número de carpeta de la causa contra Semilla y, encima, en declaraciones, Curruchiche martilló las supuestas ilegalidades en la conformación de este partido. ¿Entonces?

El Tribunal Supremo Electoral, en conferencia de prensa, denunció las arbitrariedades de la fiscalía y dijo que “se había violado la cadena de custodia” y que a partir de ahora no podría “garantizar que el contenido de las cajas electorales sea el mismo” que se recibió cuando se realizaron las votaciones. Sumado a esto, presentó un amparo ante la Corte de Constitucionalidad argumentando las anomalías y violaciones a la Constitución y a los derechos humanos. 

El Movimiento Semilla ya ha interpuesto amparos frente a la máxima corte y el presidente electo Arévalo dijo que planteará otra acción legal. Además, frenó el proceso de transmisión de mando que venía haciendo con el presidente saliente Alejandro Giammattei. Giammattei trata de dar una apariencia de legalidad y de aceptar los resultados pero es “vox populi” que la fiscal general no mueve un dedo sin la aprobación presidencial. Giammattei y sus secuaces -que representan a la élite más corrupta- tienen aún el plan de cancelar al partido Semilla, argumentar que eso hace inviable la toma de posesión, dejar vacante la presidencia y el día del cambio de mando, el 14 de enero, hacer otra artimaña para que el Congreso elija a un nuevo gobernante ante la supuesta imposibilidad de nombrar a Arévalo. Parece disparatado y lejano, pero siguen haciendo jugadas en esta línea porque tienen mucho que perder. 

Bernardo Arévalo llamó a la población a acompañarlo, cosa que ha sucedido en decenas de manifestaciones en la ciudad de Guatemala, departamentos y en sedes diplomáticas en el extranjero. Vemos que la estructura de impunidad y corrupción se encuentra resistiendo ante la llegada de un presidente notable que pueda, por fin, dar paso a una verdadera democracia. La ciudadanía guatemalteca debe salir a las calles y exigirle a la Corte de Constitucionalidad que juegue el rol histórico para el cual fue nombrada y detenga este golpe de Estado dejando sin efecto las resoluciones arbitrarias e ilegales del juez Orellana y las actuaciones de Porras y Curruchiche.