Se vale soñar en Guatemala

Maldito País

junio 27, 2023

Ocho años después de las protestas en Guatemala, el Movimiento Semilla surge como una alternativa política y promete cambiar la dictadura corporativa por la democracia

Hace ocho años salíamos a manifestar todos los sábados preguntándonos si finalmente Otto Pérez renunciaría. Era una época donde muchos nos conocimos, y aprendimos a andar en las calles del centro histórico y luego nos íbamos a bares a reflexionar y a soñar. Éramos ingenuos y creíamos que podríamos derribar fácilmente las estructuras centenarias. Nos ha tocado aprender a la brava que en este sendero se trata de picar piedra: dos pasos para adelante, uno para atrás. 

Ha pasado tanto y optamos por diversas rutas, activismo, otros se volvieron periodistas, algunos se fueron del país. Muchos recibieron denuncias, criminalización; metieron presa a gente con la que nos relacionábamos y recibimos campañas de desprestigio. 

Unos decidieron el camino político-partidista y por ejemplo, Samuel Pérez, quien lideró a los estudiantes de la Universidad Rafael Landívar en las marchas de ese año, se encamina a arrancar su segundo período legislativo. Andrea Reyes, líder de las protestas y de varios colectivos, fue electa diputada recientemente. Así hay varios ejemplos. Otros fuimos parte de colectivos sociales, organizaciones de la sociedad civil y se mantuvo un apoyo a los casos de corrupción, a defender el trabajo de la CICIG, a crear organización, a despertar nuestra propia mente. Se construyó mucha intimidad, amistad, cariño y complicidad. Ahora nos damos cuenta de que han pasado 8 años y a partir del lunes 26 de junio de 2023, la vida es otra.

El Movimiento Semilla logró 24 diputaciones, triplicando su número en el Congreso, varias diputaciones son primerizas y gente joven. Además, impensablemente, Bernardo Arévalo, el académico y diplomático, se posicionó como la única alternativa decente y eso, en los últimos días previos a la elección, catalizó al descontento y se jaló a los indecisos y se mantuvo durante toda la larga noche del conteo electoral en un sólido segundo puesto que al principio se vio con incredulidad pero que fue consistente hasta el final. 

Semilla es una atipicidad en el tablero de partidos clientelares. La gran mayoría han forjado sus partidos comprando otras fichas electorales, cada elección cambian de nombre, consiguen fondos de la patronal, el CACIF o del narcotráfico; Semilla ha surgido poco a poco y con mucha convicción. Al revisar sus votaciones en el Congreso, no han pactado en momentos críticos y si bien han cometido errores, no han sido por mala fe ni por sospechas de corrupción. 

La segunda vuelta electoral es el 20 de agosto de 2023 y para ese día, se vale soñar. Hemos vivido varios años de golpes, apaleados por unas instituciones de justicia cuya ley es la criminalización. Nadie ha podido defenderse y han montado casos, han condenado a gente inocente para mandar mensajes. Pero ahora, como cuando el sol se observa tras una noche espesa, la dictadura corporativa en Guatemala puede quebrarse y vemos la posibilidad de un cielo con democracia.